lunes, 11 de junio de 2012

PROMESAS

Se da una promesa: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá" (Mateo 7:7).  A menudo dudamos la validez de esa promesa, porque desde nuestra perspectiva hemos pedido, buscado y llamado, y no hubo respuesta.  Sin embargo, por lo general, buscamos en el mundo algo que consideramos de valor, algo que creemos que otra gente considera de valor, o nos traerá felicidad.  ¿Podemos considerar la idea de que el mundo no contiene lo que queremos?

Por su naturaleza, una vida espiritual no es de este mundo.  Los frutos del Espíritu no residen en el mundo.  Ellos no son guardados por manos humanas, protegidos por nuestras cajas de caudales, o circulados de un ser humano a otro.  La promesa es verdadera y se cumple cuando mejoramos nuestra petición.

No se nos niega nada.  "A vuestro Padre le ha placido daros el reino" (Lucas 12:32).  Cuando pedimos aquello que el Espíritu puede darnos, nos sentiremos satisfechos en todos los aspectos de la vida.

Por favor, indica tres "objetos" que has pedido, pero que no has recibido:
1.
2.
3.

¿Estás dispuesto ahora a considerar la idea de que lo que buscas no está en el mundo?  Si tu respuesta es "sí", escribe abajo: ¡Lo que busco no es de la tierra!

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