miércoles, 17 de octubre de 2012

BIENVENIDO ANGEL HUMANO

¿Y dónde están ahora? ¿Dónde se han ido aquellos que habían estado reservando el sitio para las masas? Pues hemos ido a un lugar nuevo y a una nueva realidad, la de convertirnos en ángeles humanos. Hemos sentido que se nos exigía mucho, nos hemos quejado y protestado, y nos hemos sentido cansados hasta llegar al final… y el final de esta primera fase masiva nos ha traído a este nuevo comienzo en el que nos encontramos.

Los nuevos síntomas y cómo hemos evolucionado

¿Has perdido las ganas de ser un sanador?

¿Has sentido en los últimos meses que la energía que solías contener ya no está?

¿Te preguntas a qué debes conectarte ahora y cómo tienes que hacerlo?

¿Sientes de repente que tu vida está «aquí» y no en otro sitio, como te pasaba antes?

¿Has perdido las ganas de salvar a las personas o las causas y simplemente quieres quedarte donde estás, sin necesidad de luchar?

¿Has dejado de acudir a grupos y hablar continuamente de temas espirituales?

¿Has dejado de meditar, «limpiarte», actuar para crear, movilizar energía o consultar fuentes de adivinación?

¿Has perdido el deseo de elevar la energía del planeta, sanarlo o similares?

¿Sientes que ya no tienes la necesidad de hacer que las cosas ocurran?

¿Estás cansado de estar solo, cuando antes no te importaba, y ansías la compañía de otros?

¿Sientes que tu energía personal es más «sutil» que antes?

¿Sueles sentirte invisible cuando estás en un sitio público?

¿Notas que tus necesidades se cubren de forma natural, sin que tengas que esforzarte? O, mejor dicho, ¿notas que rara vez te falta algo?

¿Has empezado a establecer unos sólidos límites y notas que ya no estás tan «abierto» a todo y a todos como antes?

¿Has empezado a valorar las cosas pequeñas y a descubrir que ya no estás tan interesado en las posesiones materiales, en conseguir lo que quieres o en que las cosas sean de determinada manera?

¿Empiezas a darte cuenta de que no todo gira en torno a ti, de que el comportamiento de los demás no tiene nada que ver contigo y has dejado de tomarte las cosas de forma personal?

¿Das prioridad a tu salud y tu felicidad?

¿Te sientes ahora cómodo negándote a participar en cosas que sientes que no van contigo?

¿Te resulta más fácil «cerrar la puerta» a los demás, sabiendo que no tienes que ser amable ni complaciente en tu interacción con ellos y que, para empezar, interactuar con ellos ni siquiera era tu intención?

¿Sientes una paz y una calma que no solías experimentar antes, y que estás seguro y protegido?

¿Estás listo para retirarte?

¿Estás más atento a lo que sucede a tu alrededor en vez de a lo que pasa contigo?

¿Ves más claramente a los demás y qué han venido a aportar? ¿Los reconoces y conectas fácilmente con ellos cuando es necesario?

¿Eres más consciente del conjunto, puedes interactuar en grupo sin atribuirte o infravalorar la contribución y los dones de los demás? ¿Les permites que participen sin sentir que intentan imponerse o controlarte?

¿Te das cuenta de que no hay nada que «arreglar» y que nunca lo hubo? ¿Has dejado de ofrecer tus servicios cuando nadie te los pedía (y eso incluye también a la naturaleza y al propio planeta)?

¿Encuentras ahora las respuestas en tu interior, y rara vez consultas fuentes externas?

¿Sabes que no eres «perfecto» y que nunca lo serás?

¿Posees un gran don o habilidad y los demás suelen decírtelo, pero no tienes ni dea de a qué se refieren?

¿Ha dejado de incomodarte ver sufrir a otro, sabiendo que es su camino y que tiene un propósito superior?

¿Eres capaz de tomar decisiones con «las tripas», la intuición, o simplemente atendiendo a los que sientes que está bien, sin necesidad de una explicación racional?

¿Sabes lo que tienes que hacer, y te das cuenta de que todo lo demás son las pasiones o el propósito de otros, manteniéndote en tu papel y sin adoptar el de ellos?

¿Has descubierto que pasas más parte de tu tiempo centrándote en una de tus pasiones o talentos en lugar de en varios intereses como hacías antes?

Si te sientes identificado con alguna de las afirmaciones anteriores, seguramente te estés convirtiendo en un ángel humano. Pero debes saber que estos cambios nos llegan paso a paso. En eso consiste la evolución. Así, puede que sólo tengas algunas de las experiencias mencionadas, pero no todas. Con el tiempo, acabarás experimentando la mayoría, y sentirás que tienes que «esperar» a que los demás lleguen al mismo punto, ya que todos formamos parte de un bienamado todo. Además, ¡nosotros también empezaremos a tener nuevas y emocionantes experiencias!

Si ya no te sientes tan conectado a la Fuente o a una vibración más alta como antes, debes saber que hay una buena razón para ello: hemos alcanzado un punto en nuestro proceso evolutivo espiritual en el que ya tenemos suficiente luz dentro de nosotros. Nos hemos «graduado». Eso significa que estamos listos para conectarnos unos a otros. Estamos habitando un nuevo espacio de luz mediante una red de hermanos y hermanas, y a partir de ahora nuestras conexiones serán con nuestra alma y con los demás.

Bienvenido, ángel humano, a la siguiente fase del regreso a casa…

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