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lunes, 4 de junio de 2012

REDENCION PARA LA HUMANIDAD


Yo soy Ramtha, una entidad soberana que vivió hace mucho tiempo en este plano llamado Tierra o Terra. En aquella vida yo no morí, sino que ascendí, porque aprendí a controlar el poder de mi mente y a llevarme mi cuerpo a una dimensión invisible de vida. Al hacer esto, me di cuenta de la existencia de una libertad, una felicidad y una vida ilimitadas. Otros que vivieron aquí después de mí, también ascendieron. Ahora soy parte de una hermandad invisible que ama inmensamente a la humanidad. Nosotros somos vuestros hermanos que oímos vuestras plegarias y vuestras meditaciones, y observamos el ir y venir de vuestros movimientos. Somos aquellos que vivimos una vez aquí como hombres y experimentamos desesperación, la tristeza y la alegría que todos vosotros habéis conocido. Pero nosotros aprendimos a dominar y trascender las limitaciones de la experiencia humana para llegar a un estado de ser más grande.
He venido a deciros que sois muy importantes y preciosos para nosotros, porque la vida que fluye a través de vosotros y el pensamiento que os llega a cada uno —como quiera que lo contempléis— es la inteligencia y fuerza vital que llamáis Dios. Es esta esencia la que nos conecta a todos, no sólo a los que habitan vuestro plano, sino también a aquellos en universos sin nombre que aún no tenéis ojos para ver. Estoy aquí para recordaros una herencia que la mayoría de vosotros olvidó hace mucho, mucho tiempo. He venido a daros una perspectiva más noble desde la cual podáis razonar y entender que vosotros sois, en verdad, entidades divinas e inmortales que siempre han sido amadas y apoyadas por la esencia llamada Dios. 
Estoy aquí para ayudaros a ver que sólo vosotros, con vuestra sublime inteligencia, habéis creado cada realidad en vuestra vida, y que con ese mismo poder tenéis la opción de crear y experimentar cualquier realidad que deseéis. Muchos otros vinieron a lo largo de vuestra historia e intentaron, de muchas maneras, recordaros vuestra grandeza, vuestro poder, y la eternidad de vuestras vidas. Nosotros fuimos reyes, conquistadores, esclavos, héroes, Cristo crucificado, maestros, guías, filósofos... cualquier cosa que permitiera la existencia del conocimiento. Y a veces hemos intervenido en vuestros asuntos para evitar que os aniquilarais, para que la vida aquí continuara proveyéndoos de un jardín de juegos para vuestras experiencias y vuestra evolución hacia la felicidad. Pero, uno a uno, perseguisteis a aquellos que intentaron ayudaros.
Y si no los perseguisteis, les hicisteis estatuas y tergiversasteis y pervertisteis sus palabras según vuestra propia conveniencia. En vez de aplicar sus enseñanzas, la mayoría ha acabado adorando a los maestros. Para evitar que me adoréis, no he venido hasta vosotros en mi propio cuerpo, sino que he elegido hablar a través de una entidad que fue mi hija amada cuando viví sobre este plano. Mi hija, que generosamente me permite usar su cuerpo, es lo que se llama un «canal puro» de la esencia que yo soy. Cuando os hablo a vosotros, ella no está en su cuerpo; su alma y su espíritu lo han abandonado completamente. 
Yo traigo a vuestro planeta los vientos del cambio. Yo, y aquellos que me acompañan, estamos preparando a la humanidad para un gran evento que ya se ha puesto en marcha. Vamos a unir a todas las gentes de este plano permitiendo al hombre ser testigo de algo magnífico y brillante, algo que lo hará abrirse y permitir que el conocimiento y el amor fluyan a través de él. ¿Por qué está ocurriendo esto? Porque sois amados, más de lo que nunca considerasteis se os pudiera amar. Y porque ya es hora de que el hombre viva en un entendimiento mayor que el que lo ha hundido en épocas oscuras, robando su libertad, dividiendo a las gentes, y que ha causado el odio entre los amantes y la guerra entre las naciones. Ya es hora de que todo esto termine. Es hora de que el hombre se dé cuenta de la divinidad e inmortalidad de su ser, y deje de arrastrarse por la supervivencia sobre este plano.

Está muy cerca el día en el que un gran conocimiento llegará a este plano traído por maravillosas entidades que son vuestros queridos hermanos. En este tiempo, los conocimientos científicos florecerán como nunca lo han hecho. Lo que está por llegar se llama la Era de Dios. Esta era se va a manifestar a través de un cambio deliberado en el tiempo y sus valores. En los años por venir, la enfermedad, el sufrimiento, el odio y la guerra dejarán de existir sobre este plano. No existirán más la muerte ni el envejecimiento del cuerpo, sino la vida continua. A través del entendimiento, del conocimiento y del amor profundo ocurrirán estas cosas en la vida de cada entidad.

Estos son los tiempos más grandes en toda vuestra historia escrita. Aunque son tiempos difíciles y desafiantes, vosotros elegisteis vivir en esta época por la consumación que os traerá. A todos vosotros se os ha prometido desde tiempos milenarios que veríais a Dios en vuestra vida. Sin embargo, vida tras vida nunca os lo permitisteis. En esta vida, la mayoría de vosotros ciertamente lo hará. Veréis emerger aquí un reino magnífico, y llegar civilizaciones de cuya existencia no teníais ni la más remota idea. 

Soplará un viento nuevo, y el amor, la paz y la alegría agraciarán este bendito lugar, la esmeralda de vuestro universo y la morada de Dios.

Contemplad lo que os he dicho. Permitid que estas palabras entren en vuestro ser. Cuando lo hagáis, con cada pensamiento, con cada sentimiento y en cada momento, volveréis a la comprensión de vuestra grandeza, de vuestro poder y de vuestra gloria. 
«No hay otra redención para la humanidad que el reconocimiento de su divinidad. Vosotros sois las semillas de ese entendimiento. Todo lo que penséis, todo lo que entendáis, eleva y expande la conciencia en todas partes. Y cuando vivís lo que habéis comprendido, enteramente por el bien de vuestra propia vida, permitís que otros vean en vosotros un proceso de pensamiento más sublime, una comprensión mayor, y una existencia con más sentido que la que ellos ven a su alrededor.»
Ramtha

domingo, 6 de mayo de 2012

REDEFINIR EL YO COMO EL YO ESPIRITUAL


« ¿Por qué las personas espirituales pasan por dificultades?
Ellos eligen lo que el alma necesita superar y poseer.
Permiten que se manifieste lo que el alma necesita.
Las batallas son crudas, pero gracias a esto la luz se vuelve
más brillante. Si estás herido por dentro, es porque has
hecho concesiones. Has ocultado tu luz, no has dejado
resplandecer al Yo.»

— Ramtha