En ocasiones perdemos la paciencia,
algunas personas lo hacen con mayor facilidad que otras por la
impaciencia su forma de ser. Pero lo cierto es que todos tenemos el
suficiente poder en la mente para hacer lo que deseamos. Se trata de una
cuestión de autocontrol. Ten en cuenta estos consejos y no dejes que la
impaciencia te ponga barreras para disfrutar lo increíble que es la
vida. Lo primero que debes hacer es analizar lo que te hace perder la
paciencia. Realiza un realista análisis interior para determinar cuáles
son aquellas cosas o situaciones que generan esta sensación. Si lo
consigues, tendrás más herramientas para enfrentarla, podrás actuar para
evitarlas, eludirlas o eliminarlas.
Reconoce que no puedes tener el control sobre todo lo
que te rodea, a veces las cosas suceden sin nosotros poder hacer nada.
Acepta las cosas tal como vienen y no entres en constantes queja, enojos
o lamentos eternos por cuestiones que tienen su naturaleza singular y
no cambiarán por más que tú lo desees. Anímate a mantener una mirada
crítica sobre cada situación y aprovecha para disfrutar del momento. El
día tiene que empezar como una oportunidad de experimentar cada instante
placentero. Elige ocasiones que desees vivir plenamente:
disfruta de tu comida preferida, de escuchar la música que te gusta,
ver una película, mantener una charla con los amigos o un paseo por la
playa.
Obtenme beneficios de tu impaciencia, puesto que no tiene por qué ser solamente negativa. La inquietud puede
el comienzo para emprender la acción de modificar las cosas. La
creatividad está muy ligada a la impaciencia, por lo tanto deja volar tu
imaginación cada vez que te impaciente algo que podrías cambiar.
Descarga tu ansiedad de manera saludable de forma
que tu cuerpo y mente no se conviertan en un depósito de estrés que
genera todavía más impaciencia. Para que ello no te ocurra, prueba con
realizar actividad física y ejercita técnicas de relajación siempre que
tengas tiempo. Finalmente, evade la inmediatez porque muchas veces lo
bueno se hace esperar, pese a que en la sociedad actual prime la lógica
de que todo lo queremos tener ahora, en este mismo instante, el no poder
esperar. Entiende que la vida es un proceso que implica el tránsito por
diversos ritmos y momentos. No existe la felicidad inmediata. Conseguirla requiere esfuerzo, constancia y múltiples intentos. Disfruta de la vida.