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jueves, 28 de junio de 2012

SATISFACCION AL 100%

animales-wallpapers__068 Hay una parábola sobre un hombre que tenía tanta certeza en la Luz que cuando su ciudad sufrió una gran inundación, se negó a aceptar ayuda afirmando que la Luz le salvaría. Un amigo suyo vino en un bote para recogerle, pero él no quiso subir. "El Creador me salvará", le aseguró. Un día más tarde, un helicóptero descendió una cuerda para rescatar al hombre que se estaba ahogando. Esta fue su última oportunidad, pero aun así, el hombre insistió: "El Creador me salvará". Finalmente, se ahogó.

Cuando el hombre se encontró con su Creador, le gritó con gran dolor: "¿Por qué no me salvaste?".

El Creador respondió: "¿Quién piensas que te envió el bote y el helicóptero?".

El propósito de esta historia es mostrarnos una importante lección espiritual: la certeza sin acción no es suficiente.

Vinimos a este mundo a ser los creadores de nuestro propio destino. Así pues, subir al bote, agarrar la escalera –hacer el esfuerzo– es nuestro trabajo. Nunca estamos solos en nuestra tarea, pero nuestro trabajo consiste en activar el proceso con nuestras acciones.

Tomémonos el tiempo esta semana para hacer el trabajo necesario para empezar a manifestar la Luz. Enfocarnos únicamente en la voluntad física nunca nos traerá felicidad duradera, ni tampoco apoyarnos exclusivamente en la espiritual. Necesitamos las dos para experimentar satisfacción al 100%.

Todo lo mejor,

Yehuda Berg

lunes, 28 de mayo de 2012

EN CASA CON DIOS


No tienes nada que aprender. Lo único que tienes que hacer es recordar. La vida es un proceso de crecimiento. El crecimiento es la evidencia de la presencia y la expresión de la Divinidad. Toda la vida funciona de esta forma.
Piensa en el árbol que ves desde tu ventana. No sabe más ahora, cuando tiene cinco metros de altura y te cubre con la sombra de su gigantesca copa, de lo que sabía cuándo era un minúsculo brote. Toda la información que necesitaba para convertirse en lo que es hoy estaba contenida en su semilla. No tuvo que aprender nada. Simplemente tuvo que crecer. Para crecer usó la información que estaba encerrada en su memoria celular.
No eres diferente del árbol.
Incluso el árbol necesita que el sol estimule su crecimiento.
Toda la vida está interconectada. Ningún aspecto ni individualización del Todo actúa independientemente de cualquier otro aspecto o individualización. La vida, de forma continua, crea interactivamente. Estamos produciendo resultados mutuamente. No hay ninguna otra forma en que podamos producirlos.
Tu conversación con otros y toda la información que te viene del mundo exterior son como los rayos del sol. Hacen que las semillas que hay dentro de ti crezcan.
Hay muchas cosas que existen en tu mundo exterior. Aún así esas personas, lugares, objetos y acontecimientos son sólo recordatorios.
Son como señales de tráfico.
Es en eso, en realidad, en lo que consiste el “mundo exterior”. El mundo físico está diseñado para proporcionarte un contexto dentro del cual puedas experimentar en el afuera lo que conoces dentro de ti.
Y entonces en realidad me beneficio de que el mundo a mí alrededor se presente exactamente como lo hace.
Todos los humanos lo hacen. Por eso he dicho que, cuando mires al mundo y todo lo que te ha pasado, “No juzgues ni condenes”.
Usemos al árbol como nuestro fiel amigo en esta parte de nuestra discusión, para que nos ayude a encontrar un entendimiento más profundo.
Imaginemos que te has salido del claro de un bosque y te has metido en sus espesuras. Nunca te has adentrado tanto en el bosque y sabes que es probable que tengas alguna dificultad para ubicar el claro otra vez. Así que pones marcas en los árboles según avanzas.
Ahora cuando te vas del bosque, ves estas señales y recuerdas que las pusiste ahí para poder encontrar la salida.
Estas señales son exteriores a ti. En última instancia te guiarán de vuelta a Casa, pero no son la “Casa” misma. Las señales te muestran el rastro, el sendero, el camino, y el camino te resulta familiar. Lo reconoces. Es decir, lo “re-conoces” o “lo conoces otra vez”. No obstante, el Camino no es el Destino. Sólo tú puedes llevarte al Destino.
Otros pueden dirigirte a un sendero, otros pueden enseñarte su camino, pero sólo tú puedes llevarte al Destino. Sólo tú puedes decidir estar en Casa con Dios.
Tu mundo exterior es el sendero. Está ahí para llevarte de vuelta a Casa. Verdaderamente, Todos los sucesos de tu mundo exterior están ahí para hacer exactamente eso. Por eso los pusiste ahí.
ningún camino de regreso a Casa es mejor que otro.
Todos los caminos te llevan allí, porque todo lo que se necesita para llegar allí es verdadero deseo, un corazón puro y abierto, y fe en que Dios no tiene ninguna razón para decir: “No, no puedes estar conmigo” a ninguna persona por ninguna razón, y menos aún porque simplemente haya creído en Dios en una forma diferente.
Todas las religiones verdaderas son maravillosas y todas las enseñanzas espirituales verdaderas son caminos hacia Dios, y ninguna religión ni ninguna enseñanza es más “correcta” que otra.
Hay más de un camino a la cumbre de la montaña.
La religión fue creada por las culturas humanas para ayudar a los que nacieron dentro de esa cultura a saber y entender que hay una fuente de ayuda siempre presente en tiempos de necesidad, de fuerza en tiempos de desafíos, de claridad en tiempos de confusión, y de compasión en tiempos de dolor.
La religión es también una manifestación de la conciencia instintiva de la humanidad de que los ritos, las tradiciones, las ceremonias y las costumbres tienen un enorme valor como marcas que afirman la presencia de un grupo de gente en el mundo y como el adhesivo que asegura esa presencia al mantener unida la cultura de un grupo de gente.
Cada cultura tiene una tradición hermosa y única que honra una verdad hermosa y esencial: que hay algo más grande y más importantes en la vida que los deseos propios o incluso que las necesidades propias; que la vida en sí misma es una experiencia mucho más profunda y mucho más significativa de lo que mucha gente se imagina al principio; y que es en el amor y el interés mutuo y el perdón y la creatividad y el espíritu de juego y el unir las manos en un esfuerzo conjunto para alcanzar un objetivo común donde se descubrirán las satisfacciones más profundas y los goces más maravillosos del encuentro entre los hombres.
Entonces, que cada uno de ustedes tome su propio camino hacia mí. Emprendan su propio viaje a casa. No se preocupen por cómo los otros están haciendo el suyo ni juzguen sobre ello. Ustedes no pueden dejar de llegar hasta mí, y ellos tampoco pueden.
Verdaderamente, todos se encontrarán cuando estén juntos en Casa, y se preguntarán por qué discutieron tanto por detalles de tan poca importancia.
Por favor, no confundas lo que está en tu corazón con lo que está en tu mente. Lo que está en tu mente ha sido puesto ahí por otros. Lo que está en tu corazón es lo que llevas de mí contigo.
Así y todo puedes cerrarme tu corazón, y muchos lo han hecho. Y muchos también han cerrado sus mentes.
Y, por favor, no les digas a los demás que, a menos que ellos crean en lo que está en tu mente, los voy a condenar.
Y finalmente, haz lo que quieras, pero no los condenes tú mismo, en mi nombre.

NEALE DONALD WALSCH

domingo, 27 de mayo de 2012

EL GRAN DIAMANTE


Aproximación a un estudio con metáforas
En la “mente” del Creador el proyecto estaba listo. Dio el “pistoletazo” de salida y el Universo comenzó a nacer, conjuntamente con el espacio, el tiempo y las dimensiones.
De la Nada surgió el prodigio. La Nada: uno más de los insospechados atributos de la Divinidad Eterna. Y de otro de esos atributos y para facilitar la comprensión, configuraremos la imagen de lo que da título al presente trabajo: EL GRAN DIAMANTE.
Satisfecho el Divino Creador por su Magna Obra, sintió el deseo de conocerla a fondo, recorriéndola en su totalidad, sin dejarse ni uno sólo de sus recovecos y participando de la infinidad de Energías de las que estaba provista.

Optó por desintegrarse en fragmentos o copias de SÍ MISMO; “hologramas” de la totalidad de su Divina Esencia; un Gran Diamante presentando tantas facetas como fragmentos; ESPÍRITUS, como se los denominó posteriormente.
Antes de lanzarlos al descubrimiento, quiso el Creador dotarlos de cierto grado de “individualidad” revestida con alguna libertad de decisión. Y, a su vez, dispuso que NO recordasen quiénes eran realmente; seguirían siendo, todos y cada uno de ellos, el mismo eterno Dios, pero sin recordarlo. No obstante, les permitió saber que la suma de todos ellos conformarían la totalidad de la Divina Esencia. Conocimiento que a nuestros recién estrenados Espíritus les colmó de alegría. Al propio tiempo supieron que contarían con el apoyo incondicional y asesoramiento de la JERARQUÍA, “mecanismo” creado para facilitar el desarrollo de la misión encomendada.
A medida que iban amoldándose a la nueva situación, comenzaron a ser conscientes de que ahora eran ellos a quienes tocaba “mover ficha”. Trataron de iniciar un desplazamiento y… ¡oh, maravilla! avanzaron y “vieron”, asombrados, cómo se iban oscureciendo sus respectivas facetas (del Gran Diamante) , al tiempo que ellos empezaban a “brillar” gracias a la Luz del entendimiento.
Se detuvieron y fue entonces cuando pudieron comprobar que  no estaban “solos”, una representación de altos dignatarios de la Corte angélica y una nutrida presencia de entidades angelicales menores les acompañarían para dar realce a sus logros, tan pronto se produjeran, todo el tiempo que durasen los “viajes” a realizar. A su vez, encontraron en sus respectivos “equipos” cierto lugar para ir “almacenando” toda la información captada como fruto de sus experiencias. (Estaba previsto que dicho lugar sería ocupado por los que vinieron en llamarse “Guías” y que no serían otra cosa que la “memoria” del propio Espíritu perfectamente clasificada por temas, situaciones y circunstancias).
Y llegó el gran momento: Todos los Espíritus, al unísono, se aprestaron a dar un vacilante paso en “dirección” al primer “aspecto” de la Creación que debían visitar. Un “mundo” inimaginable –para nosotros, por ahora- y el cual, sin duda, formaría parte de una “pieza” hallada en el equipo titulada “escala multidimensional”.
Nuestro Espíritu… -a partir de ahora cederemos el protagonismo al tuyo, amigo lector, o al mío-, pensó que lo mejor para avanzar sería crear un “explorador”, al que llamaríamos y llamaremos CONCIENCIA. Así lo hizo y lo lanzó para que se integrase en aquella “situación” indescriptible y comenzase su labor: aprender y recoger. La experiencia resultó absolutamente satisfactoria; al punto de recibir los plácemes de la protocolaria Corte angélica de acompañamiento.
El Espíritu –al que a partir de ahora mismo denominaremos MAESTRO- guardó la “cosecha” en los almacenes previstos, al tiempo que decidía permanecer en el punto donde se hallaba. Para proseguir con la “exploración”, convirtió su primera Conciencia en Maestro, si bien con algunas simples atribuciones menos y sin el recuerdo de lo “vivido” en lo recientemente experimentado.
Este “nuevo” Maestro conservaría intacta toda la Esencia Divina (a la que más tarde se le daría el nombre de ALMA), su propia Esencia, recibida de su Maestro y se haría cargo de todas las entidades de protocolo.
El nuevo Maestro situado en el mismo “mundo” que él exploró siendo sólo Conciencia, sólo sabe que debe avanzar y para ello crea un nuevo expedicionario, una nueva Conciencia, y ambos se lanzan al siguiente “peldaño” de la citada escala.
Una vez allí, esta otra nueva Conciencia se integra en “lo” que allí predomina e inicia la labor: aprender y recoger. Y cuando creemos que ya hemos cumplido regresamos al “aspecto” inmediatamente anterior y allí se nos hace saber que está todo muy bien, pero… lo aportado no cumple con las expectativas; no hemos logrado lo suficiente. Sin dudarlo ni un solo momento solicitamos regresar, se nos acepta y renacemos –no sin antes de haberlo olvidado todo por completo- y seguiremos experimentando y recogiendo una vez más… diez veces, cientos, miles de veces…
Y no seré yo sólo el único. Más adelante llegaremos a conocer que todos los expedicionarios habrán pasado por casi lo mismo.
Desconocemos cuántos “peldaños” tendrá la escala y es por ello que, sin más dilación, cada Maestro habrá realizado una copia de sí mismo (cada vez más limitada) valiéndose de su propia Conciencia, a la par que crea una nueva, un nuevo explorador, que lanzará para que se integre, aprenda, experimente, recoja y acarree todas cuantas veces sea necesario.
Nos situaremos ahora en el “peldaño” que muy bien podría corresponder a la misteriosa, por desconocida, 6ª.Dimensión. Porque lo que allí encontrará nuestro expedicionario ya se acerca bastante a lo que un humano de nuestros días sabría interpretar. Nos hallamos en el feudo de la VIBRACIÓN, de la Vibración creada que nada tiene que ver con la eterna.
El humano conoce y hasta domina dicha Vibración, en todas sus gamas de frecuencia, y es capaz de detectarla, utilizarla y sentir sus efectos, y hasta de producirla  a cualquier frecuencia deseada. (Si en la Tierra existen mil millones de teléfonos móviles, cada uno trabaja a una radiofrecuencia distinta)
Allí nuestros exploradores descubrirán –descubriremos- que son –somos- Vibración, pero de la eterna, naturalmente.
Cada explorador de los que fuimos llegando nos íbamos integrando –fusionando- con aquellas frecuencias todas distintas entre sí y… ¡oh, maravilla! todas ellas eran capaces de crear diferentes aspectos de sí mismas (gracias, posiblemente, a lo que nuestros científicos más tarde denominarían ARMÓNICOS) y que a la vez les permitía gozar de algo parecido a la Consciencia y comunicarse de algún modo con sus semejantes.
Después de muchas “idas y venidas” pudimos tener noticia directa de la existencia de la ENERGÍA, también del átomo, del electromagnetismo y hasta de la gravitación. Conocimientos que tendríamos de olvidar cuando nuestras respectivas Conciencias convertidas en Maestros y habiendo realizado paralelamente unas nuevas Conciencias nos lanzasen a descubrir la 5ª.Dimensión. Siempre y como en todos los “viajes”, acompañando a los Maestros.
¿Aquello era la 5ª.? Efectivamente, aquella gigantesca nube de… ¿gas? Era la 5ª.Dimensión. Penetramos en ella. Era hueca. Ocupaba su interior una inmensa cantidad de esferas, aparentemente de la misma composición gaseosa, pero al aproximarnos pudimos comprobar que en realidad se trataba de perfectos dodecaedros (12 facetas pentagonales). Todos ellos en constante movimiento dibujando en el espacio líneas rectas y arabescos. (Un humano les asignaría unos 8 metros de diámetro)
Dejamos a nuestros expedicionarios fusionándose con la Energía y creando una especie de nuevo hogar con una "vibración" algunos de cuyos Armónicos resonaron fuertemente al acercarse con el recién llegado.
Pensaron -pensamos- que había llegado el momento de tomarse un descanso y nos dedicamos a la familia y al hogar. Conocimos una de las muchas magnitudes del tiempo y el mundo del electromagnetismo. Allí vimos también al que luego se le conocería con el nombre de Kryon, que no era una Conciencia en viaje de exploración, como nosotros, sino un enviado de la Jerarquía para hacerse cargo del Servicio Magnético.
Kryon lucía la misma forma dodecaédrica que nosotros, pero toda su superficie estaba "rayada" con líneas de muy variados colores. A nosotros se nos asignó una sola y de un sólo color, para distinguirnos de los no fusionados todavía.
Kryon -que, por cierto, ese no era su real nombre- nos descubrió cuál era el "código" que nos diferenciaba... nuestro "nombre"; una mezcla de vibraciones exclusivas para cada uno. Un humano no sabría distinguir si ese "enrevesado" nombre era música, color o una larguísima e impronunciable palabra. El de Kryon era eso mismo pero de mucha mayor complejidad.
El tiempo transcurría en la más absoluta placidez (una hora en la 5ª. vendría a ser como un siglo en la 3ª.) Hasta que un buen día Kryon recibió una alarma: un fragmento del Cosmos sólido estaba amenazado de destrucción cosa que hubiera afectado, caso de producirse, una importantísima debacle local. Se trataba de un planeta, la Tierra concretamente.
Kryon se dispuso a salir inmediatamente para prestar ahí sus servicios, al tiempo que solicitaba "voluntarios" entre nosotros. Nuestros Maestros aceptaron enseguida y fuimos lanzados por el "viento del nacimiento", no sin antes haber dejado atrás todos nuestros recuerdos y vivencias. Caímos en una "oscuridad", las entrañas de una hembra pleyadiana gestante que sería la llamada a darnos nuestro primer aspecto sólido. Más tarde, fuimos directamente destinados a las hembras homínidas, las naturales de la Tierra.
Entre tanto Kryon había solucionado la anomalía surgida en el planeta y que concernía a su responsabilidad: la rejilla de Gaia. Más tarde nos informó que no se había producido el terrible "argamenon" anunciado por los antiguos, gracias a nosotros los humanos que, con nuestra presencia y voluntad habíamos evitado el cataclismo.
Kryon resolvió lo de la rejilla y nosotros, los humanos, conseguimos incrementar la vibración del planeta y salvarle de una imparable autodestrucción gracias a nuestra presencia y fuerza de voluntad.
Pero es preciso introducir antes una aclaración por si lo de Las Pléyades sorprendió. En la percepción del Cosmos "sólido" no sólo participa la Tierra y Pléyades, nuestros exploradores llegaron a infinidad de otros mundos. Toda la percepción sólida es 3ª.Dimensión.
Habremos de dedicarle unos párrafos a la Tierra; planeta hostil y sanguinario que tanto trabajo y sufrimientos nos depara. No entraremos en detalles por ser todo ello sobradamente conocido. Algunos de nosotros llevamos infinidad de encarnaciones por lo arduo de nuestra labor. Kryon y su equipo siguen aquí porque se encariñaron con los humanos hasta el punto de que tanto él como otros Enviados hallaron el modo de conectar directamente con nosotros y hacernos llegar su AMOR y sus enseñanzas por la vía de lo que se conoce como "canalización".
¿Y cuál es esa labor nuestra que tanto nos está costando concluir? Hay quienes lo simplifican con una sola palabra: "despertar". En realidad se trata de obtener el máximo grado de CONSCIENCIA; conseguir el mayor número posible de respuestas a todas las incógnitas que nos embargan; en despojarnos cuanto antes del MIEDO ancestral -producto de la Ignorancia- que nos atenaza, etc.
Habremos de reconocer que algo sí estamos avanzando, muchos sabemos ya quiénes somos realmente, que el Padre está en nosotros y que agilizaremos nuestro regreso al hogar AMANDO y AMÁNDONOS.
Y este sentimiento habrá de facilitarnos las cosas. Y no se trata de "evangelizar" a nadie. Sólo "predicar con el ejemplo". Este rayito de Luz que ya estamos consiguiendo iluminará nuestro entorno ayudando a los "aletargados".
En la 5ª., alguien nos está esperando. Amemos y así nos reuniremos más pronto.
¿A qué o a quién le damos el nombre de JERARQUÍA?
Jerarquía es la VOLUNTAD DEL CREADOR, disociada de su Divina Esencia. Un dispositivo automático y autónomo.
El Creador, consciente de la magnitud de su Obra, decidió que habría de equilibrar su infinita potencia y evitar un caos que muy fácilmente podría llegar.
Nos ceñiremos, por el momento, a lo que en nuestro ámbito terrestre hemos sentido y conocido. En pasados tiempos a los "efectos" notables de la labor de la Jerarquía se le denominó DESTINO.
Y es muy posible que pronto se la conozca como MÁQUINA DEL DESTINO.
Resultaba muy cómodo, por nuestra parte, imaginarnos a un Dios justiciero enviándonos, a capricho, premios y castigos sin motivación aparente.
Y ahora ya comenzamos a entender que esto no es así y nunca lo fue... Todo tiene su razón de ser; TODO.
Conozcamos ahora un poquito de esa "máquina" incomparable.
Más arriba quedó dicho que el dispositivo estaba programado con "máximos" y "mínimos" para realizar su labor de modo independiente. Sin tener que ir a cada momento a recibir instrucciones del Creador.
Además la máquina dispone de una pantalla inmensa reproduciendo ininterrumpidamente toda la actividad universal desde todas sus "dimensiones".
Y en un minúsculo rinconcito de esa pantalla aparece Vía Láctea,
y en ella, nuestra Constelación: y en ella, nuestro Sistema Solar; y en ella, nuestro planeta.
Diríamos que, para aportar una imagen en ayuda de una mejor comprensión, la máquina dispone de un inconcebible tablero (como los de ajedrez, pero con trillones de casillas) y allí aparecemos los humanos moviéndonos como fichas de cuadrito en cuadrito.
Tal parece que somos nosotros quienes decidimos nuestras particulares "jugadas". Y en parte es así, pero no en todo. La Jerarquía nos mantiene ligeramente atados y es ella la que toma las decisiones por nosotros cuando conviene a todo el conjunto... A TODO EL COSMOS.
Y quede claro que ella -ni nadie- puede conocer el futuro. Pero la Jerarquía contempla la totalidad de los "movimientos" de energía y materia. Y puede calcular siempre y al instante la inminente colisión entre dos galaxias… la caída al río de un bus escolar, desde un puente, afectando a todos sus ocupantes… el progreso de un óvulo fecundado... etc.
La máquina está en posesión de la MATEMÁTICA completa. Algo inconcebible para nuestras mentes en el presente.
Empezaba a explicar que la Jerarquía conoce todos los movimientos y puede calcular y prevenir si el rumbo que lleva cada uno se saldrá de sus máximos y mínimos programados. También la todopoderosa "máquina" está ligeramente atada corta por quien puede: el Creador.
Cuando uno de nosotros muere en accidente o es favorecido por una inesperada y substanciosa herencia, es la máquina que, teniendo ante sí la totalidad del entorno y la colocación de cada una de las piezas, la que toma ambas decisiones, no Dios. Y lo resuelve así por dos razones, por conveniencias del entorno local y por conveniencias del conjunto cósmico.
La máquina, lógicamente, carece de "sentimientos"; es inflexible. Desoye todos los ruegos y súplicas que le llegan constantemente y de todo el Universo. Sólo la mueve la realización permanente de todos los ajustes necesarios para no caer en el caos universal.
Quien domine la totalidad de la Matemática, conocerá la totalidad de los "potenciales".
 Y es que los números, obviando su aparente frialdad, son una de las magnas obras del Creador. Son la base de casi todo.
Los números fueron creados junto con el tiempo y el espacio. Sin ellos, estos últimos no tendrían razón de ser.
El "despertar" se nos está administrando dosificada y equilibradamente. Ya dijimos una vez que si surgiera alguien mucho más despierto que todos los demás, lo encerraríamos en un psiquiátrico o lo crucificaríamos.
Existe un punto que por ser poco conocido y menos estudiado, considero que también podríamos reservarle un pequeño espacio. Y es el de la CLONACIÓN. Todos los Maestros poseen la facultad de poder realizar “copias” de sí mismos antes de iniciar un cambio de Dimensión. Una copia suele quedarse y la otra –u otras- se deslizan, juntas, por el “viento del nacimiento” yendo a parar cada una a las entrañas de una hembra gestante distinta.
Se tomó esta decisión desde buen principio por varias razones: nacimientos malogrados, que motivaban el regreso a “casa” de vacío, y también para amoldarse a los ritmos de crecimiento de la población de la nueva Dimensión en proceso de reconocimiento.
Ello nos ayuda a interpretar lo que nos anunciaron recientemente: la NO-MUERTE en la Tierra –y, quizá, en otros mundos. Cuando el cuerpo fallece su alma lo abandona y en algún caso esa alma (Maestro, Conciencia y Acompañantes de protocolo) no regresa a “casa” por decisión de la Jerarquía y pasa a ocupar un cuerpo que disponga de uno de sus “clones”, cuerpo elegido también por la Jerarquía, según conveniencias.
La Consciencia del cuerpo receptor no acusa cambio alguno con la llegada del nuevo Maestro porque son la misma Esencia Divina individual. En lo único que difieren es en que ambos están “impregnados” de experiencias distintas recogidas por los dos cuerpos. No obstante, poco conocen de los detalles por las circunstancias antes aludidas; es decir, sus limitaciones y su “amnesia” impuesta. Saben, eso sí, que “descargarán” sus experiencias al regresar.
Las genuinas “almas gemelas” de servicio en el planeta, son los clones de una misma alma y ésta con cada uno de ellos.
Existe un “lugar” sin espacio, tiempo ni luz al que se le suele dar el nombre de 4ª.Dimensión (…) que no es más que una etapa en el camino. Etapa que sólo ocupan aquellas almas las cuales, por circunstancias de variado origen, no han podido culminar su “viaje” de regreso y vagan extraviadas en la oscuridad. La incertidumbre termina para ellas tan pronto logran dar con la dirección a seguir, que tanto puede de retorno a la Tierra, para renacer o de regreso feliz a “casa”. Una vez más es la Jerarquía la que mueve estos hilos y sólo sabe ella el porqué.
Y, por último, quisiera dedicar unas líneas a lo que considero sea la más importante obra de la Creación: la VIDA. Gracias a ella los humanos hemos sabido de la existencia del Padre Creador y de Su AMOR a todas Sus criaturas.
Y a modo de epílogo podría incluir mi visión sobre cómo finalizará el presente Ciclo Universal.
Llegará un “momento” en el reloj cósmico en el cual no solamente se habrán concluido las labores de exploración y descubrimiento que quiso darse el Creador, sino que, además, y esto es muy importante, TODAS las almas del Universo habrán DESPERTADO completamente y se presentarán ante el Gran Diamante listas para ocupar su puesto en su faceta siendo portadoras de todas las experiencias recogidas.
Y, ¿cómo se realizará el Gran Regreso? Fácil. En primer lugar todos los clones serán absorbidos por sus respectivos Maestros originales. Y el último Maestro se reunirá –fundiéndose- con el anterior; éste hará lo mismo con el suyo… y así, sucesivamente, hasta llegar al primer Maestro que fue uno de los que inició la Expedición.
Cuando todas las facetas vuelvan a estar ocupadas el Gran Diamante lucirá con un brillo y un esplendor indescriptibles, al tiempo que sus facetas se van diluyendo y quedando el Gran Diamante convertido en una perfecta esfera inconcebible. Y en su interior toda la Corte Angélica entonará cánticos de bienvenida a los expedicionarios y de alabanza al AMOR de los AMORES.
                                                           .oOo.
¿Iniciará el Creador un nuevo Ciclo?
¿Aprovechará la Vida que sigue latiendo en el Cosmos gracias a la fauna y flora todavía presentes?
SÓLO ÉL LO SABE.
Quim Grau
Febrero 2012