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sábado, 30 de junio de 2012

MANTRA "HAM"

Mantra "Ham". Sanación de la Relación entre Maestro y Discípulo
El Mantra "Ham" se pronuncia con "jota" en vez de con "hache" (Jam).

Es el Mantra del desarrollo personal y espiritual, el Mantra de los cambios, de la enseñanza, del aprendizaje, de la comunicación.


"Ham" es el Mantra de los oradores, de los profesores, de los maestros de los guías espirituales, pero también el Mantra del discípulo, del alumno, del lector, del que escucha y oye, y hasta de los fabricantes de perfume o de los que se comunican a través de los olores de la naturaleza y los olores corporales como lo pudieran ser los Aromaterapeutas.


Los escritores, los músicos, los oradores, etc. también deberían utilizar el Mantra "Ham" para obtener sabiduría e intuición antes de crear sus obras


El Mantra "Ham" es la energía espiritual en camino a manifestarse en el mundo físico a través de las energías creativas. "Ham" es todo planeamiento que precede a una actuación con amor, a una satisfacción personal, a una actuación y a una manifestación.


Las vibraciones del sonido "Ham" se mueven en planos espirituales superiores para luego descender a la densidad de los planos físicos para manifestarse. La contrapartida del "Mantra" cristiano "Venga a nosotros tu Reino".


Con el Mantra "Ham" se pueden tratar todos los problemas de comunicación, así sea tartamudez, afonías, dislexia, etc. Eficaz para tratar los problemas estudiantiles en alumnos de corta edad.

Pero no queda ahí, el Mantra "Ham" también cura todas las afecciones asociadas al chakra Garganta y a la glándula tiroides: Enfermedades de la garganta, de los oídos, y de la fosas nasales: Tiroides, tinitus, sinusitis, dolor de garganta, tos seca, glándulas inflamadas, alergias, etc. También se pueden tratar problemas respiratorios derivados de desequilibrios conjuntos entre el chakra Corazón y el chakra Garganta, como la tos o la sensación de asfixia que pueden ocasionar los ataques de angustia.


El Mantra "Ham" refresca nuestros cuerpos energéticos superiores llenándolos de luz sanadora para que podamos planear de forma positiva para el bien nuestro, de la Humanidad y del Planeta. También nos da fuerzas para llevar a la práctica nuestros ideales y conseguir nuestras metas espirituales y físicas.
http://sistemasanaciontinerfe.blogspot.mx/search/label/Los%20Mantras

viernes, 22 de junio de 2012

NO PUEDO PERDONARTE...SOLO TE AMO

Estaba el Buda meditando en la espesura junto a sus discípulos, cuando se acercó un detractor espiritual que lo detestaba y aprovechando el momento de mayor concentración del Buda, lo insultó lo escupió y le arrojó tierra. Buda salió del trance al instante y con una sonrisa plácida envolvió con compasión al agresor; sin embargo, los discípulos reaccionaron violentamente, atraparon al hombre y alzando palos y piedras, esperaron la orden del Buda para darle su merecido. Buda en un instante percibe la totalidad de la situación, y les ordena a los discípulos, que suelten al hombre y se dirige a este con suavidad y convicción diciéndole:- "Mire lo que usted generó en nosotros, nos expuso como un espejo muestra el verdadero rostro. Desde ahora le pido por favor que venga todos los días, a probar nuestra verdad o nuestra hipocresía. Usted vio que en un instante yo lo llené de amor, pero estos hombres que hace años me siguen por todos lados meditando y orando, demuestran no entender ni vivir el proceso de la unidad y quisieron responder con una agresión similar o mayor a la recibida. Regrese siempre que desee, usted es mi invitado de honor.

Todo insulto suyo será bien recibido, como un estímulo para ver si vibramos alto, o es sólo un engaño de la mente esto de ver la unidad en todo". Cuando escucharon esto, tanto los discípulos como el hombre, se retiraron de la presencia del Buda rápidamente, llenos de culpa, cada uno percibiendo la lección de grandeza del maestro y tratando de escapar de su mirada y de la vergüenza interna. A la mañana siguiente, el agresor, se presentó ante Buda, se arrojó a sus pies y le dijo en forma muy sentida-" No pude dormir en toda la noche, la culpa es muy grande, le suplico que me perdone y me acepte junto a Usted" Buda con una sonrisa en el rostro, le dijo: "Usted es libre de quedarse con nosotros, ya mismo; pero no puedo perdonarlo" El hombre muy compungido, le pidió que por favor lo hiciera, ya que él era el maestro de la compasión, a lo que el Buda respondió:- "Entiéndame, claramente, para que alguien perdone, debe haber un ego herido; solo el ego herido, la falsa creencia de que uno es la personalidad, ese es quien puede perdonar, después de haber odiado, o resentido, se pasa a un nivel de cierto avance, con una trampa incluida, que es la necesidad de sentirse espiritualmente superior, a aquel que en su bajeza mental nos hirió. Solo alguien que sigue viendo la dualidad, y se considera a sí mismo muy sabio, perdona, a aquel ignorante que le causó una herida". Y continuó: "No es mi caso, yo lo veo como un alma afín, no me siento superior, no siento que me hayas herido, solo tengo amor en mi corazón por usted, no puedo perdonarlo, solo lo amo. Quien ama, ya no necesita perdonar.

"El hombre no pudo disimular una cierta desilusión, ya que las palabras de Buda eran muy profundas para ser captadas por una mente llena todavía de turbulencia y necesidad, y ante esa mirada carente, el Buda añadió con comprensión infinita:- "Percibo lo que le pasa, vamos a resolverlo: Para perdonar, ya sabemos que necesitamos a alguien dispuesto a perdonar. Vamos a buscar a los discípulos, en su soberbia están todavía llenos de rencor, y les va a gustar mucho que usted les pida perdón. En su ignorancia se van a sentir magnánimos por perdonarlo, poderosos por darle su perdón, y usted también va a estar contento y tranquilo por recibirlo, va a sentir un reaseguro en su ego culposo, y así más o menos todos quedarán contentos y seguiremos meditando en el bosque, como si nada hubiera pasado"Y así fue.

¿COMPRENDEN ÉSTA ENSEÑANZA DE BUDA?

Si hay alguien de quien pensemos que "nos debe algo", "nos hizo algo".. y no podemos ver la perfección dentro de cada situación, dentro de la ilusión, PERDONEMOS PERO...
Que pasaría si se nos preguntara ¿a quien te falta perdonar? y en lugar de buscar los rostros y nombres de aquellos que dañaron nuestro ego, respondiéramos: ya no tengo que perdonar a nadie, YA LOS AMO.
EL QUE LOGRA ACEPTAR LA PERFECCIÓN DIVINA DETRÁS DE TODA SITUACIÓN... PUEDE LIBERAR EN UN INSTANTE...
AÑOS DE RENCOR, RESENTIMIENTO Y ENFERMEDAD
-Nunca voy a perdonarlos... PUES LOS AMO!

domingo, 10 de junio de 2012

SABIDURIA ANGELICAL

En días pasados, durante un taller que dicté en la ciudad de Bogotá, una joven me preguntó: “¿Espiritualmente hablando, el estudio de los ángeles qué enseñanzas te ha dejado?”. Puedo asegurar que son muchas las bendiciones recibidas y las lecciones aprendidas. A continuación, algunas de ellas.

Todo comienza con la intención
Establecer una intención se asemeja a plantar una semilla. Cada proyecto necesita una intención para su formación. Al permitirnos soñar y “hacer algo” al respecto, como por ejemplo, dar el primer paso, el universo se programa de inmediato en nuestro beneficio y los ángeles comienzan a orquestar las oportunidades que necesitamos.  El abono de esa semilla se relaciona con nuestros pensamientos y las acciones que tomamos en la dirección del logro de nuestras metas, además de la confianza que depositamos en Dios para ver materializado nuestros sueños.

Sobre la felicidad
La felicidad no se encuentra afuera, no depende de otro. Ser feliz o no, es nuestra propia elección. Como hijos de Dios, todos tenemos derecho a ser felices. Precisamente esa es una de las misiones de los ángeles: ayudarnos a ser naturalmente alegres. No importan las circunstancias, aun con lágrimas, la felicidad siempre está en nuestras manos, en la actitud como asumimos cada desafío, admitiendo nuestras vulnerabilidades, aceptando las dificultades como aprendizajes de vida y no como pruebas divinas. Las experiencias vividas son herramientas para el mañana y constituyen el ser que hoy somos. Cada lección se vive, se supera y se continúa con la siguiente.

La inteligencia del corazón
Las respuestas siempre están en el corazón. Allí reside la mayor sabiduría del ser humano, la conciencia más elevada y armoniosa que poseemos. Anteriormente los científicos creían que la inteligencia y la fuente de todo conocimiento era el cerebro. Hoy en día se ha descubierto que el corazón cuenta con la capacidad de “escuchar” al instinto y traducirlo cerebralmente en lo que conocemos como la intuición. En el corazón encontramos la guía divina, la voz de los ángeles. La mente lo complica todo, el corazón saca lo mejor de cada quien. El corazón nos indica cuando vamos por buen camino. Al construir los sueños alrededor del corazón y apoyarnos en él a la hora de tomar decisiones, fluimos y nos conectamos con nuestra esencia.

Co-creadores de nuestras experiencias
Existe un plan divino para cada persona que se basa en el amor, la paz y la luz.  Elegimos lo que debemos aprender, cómo aprenderlo, con quién y en qué periodo de tiempo. Dios además nos regaló el libre albedrío, es decir, la capacidad de elegir. Gracias a ello somos co-directores, co-libretistas y protagonistas de la película de nuestra propia vida. Al alinear lo que pensamos, sentimos y hacemos, con nuestra intención, diseñamos lo que vivimos. También es posible, desde la conciencia y el amor, reescribir el guión en cualquier momento.

Positivismo
Las creencias positivas son la antesala de una vida plena. Sentirse positivos conlleva gran cantidad de beneficios para la salud física, mental, emocional y espiritual. Los ángeles siempre creen en nosotros. De manera que aún en tiempos de duda, sostener la fe permaneciendo optimistas respecto a nosotros y la vida misma, es una manera casi mágica de salir jubilosos de cualquier reto.  De todas formas, los ángeles siempre están disponibles y podemos invocarlos para recuperar la mejor perspectiva en cada circunstancia.

Nada ocurre al azar
Todo tiene una razón de ser. No existen las casualidades ni los golpes de suerte. El universo se mueve bajo perfectas Leyes Espirituales. Cada experiencia, cada persona, cada evento sucede porque así debe ser. Resistirnos o apegarnos a algo o alguien, solo conduce al retraso de nuestro proceso de evolución.

Merecemos lo mejor
Todo padre amoroso desea lo mejor para sus hijos. Disfrutemos al máximo cada instante, haciendo las cosas que nos producen gusto, conectándonos con la satisfacción que se siente y brindándonos todo lo bello y hermoso de la vida. No vinimos al mundo a sufrir. Está bien sentir gozo, invertir en nuestro espíritu, aspirar y considerarnos merecedores de las cosas buenas que Dios tiene para todos por igual.
Siempre estamos apoyados completamente. Eso sí, recordemos pedir ayuda a los ángeles en todo lo que hagamos. Es la voluntad del Padre que todos seamos merecedores de la abundancia y el amor divinos. Todos somos igualmente dignos de recibir la ayuda celestial y es tarea de los ángeles amarnos, protegernos y orientarnos. No requieren de nuestro permiso para amarnos incondicionalmente. Sin embargo, sí necesitan nuestro consentimiento para guiarnos y cuidarnos.

Bendiciones de amor y luz.
Martha Muñoz Losada
Terapeuta en Sanación y Canalización con Arcángeles

lunes, 28 de mayo de 2012

LAS ENSEÑANZAS SON UNA AMENAZA PARA NUESTRA PERSONALIDAD


Realmente necesitas algo de ayuda, pues no tienes fe en este trabajo. Lo echaste a perder, lo aceptaste sólo hasta el punto en que no avergonzara, rebajara o em­pequeñeciera tu identidad individual. Y al hacer eso, la identidad fue más importante que el Espíritu Santo.

Cuando necesitas las enseñanzas, no tienes fe en ellas, porque no las aplicas. Así que en definitiva, lo que debemos considerar es por qué pides algo que no te mereces. No te mereces el Espíritu Santo ni te me­reces la resolución; tampoco eres digno de caminar sobre el agua, sobre ese río turbulento que va a permi­tirnos dar el paso de nuestra humanidad a nuestro es­píritu.

No existe ningún otro lugar —y te ruego que vayas y encuentres uno, si piensas que me equivoco— que hubiera podido transmitirte enseñanzas y disciplinas tan magníficas, con una gracia, fortaleza y tenacidad tan absolutas como las que se te han ofrecido aquí. Pero parece que tú consideras las enseñanzas como una amenaza física. Lo son. Son una amenaza para la per­sonalidad. Cuando la personalidad necesita derramar su semilla, tener sus orgasmos, llenarse la barriga, ali­sarse el cabello, y ponerse sus ropas finas, las enseñanzas se interponen en su camino. Todo esto son reacciones sensuales, y cuántas más reacciones sensuales tenga­mos, más hermosos somos o más aceptables. Así es jus­tamente como funciona.

Consideras a las enseñanzas como una amenaza; pues bien, lo son, porque te piden que reemplaces este ego alterado con el reino del cielo. Cuando lo adora­ban por los milagros que realizaba, Yeshua ben José decía: «No he sido yo quien ha hecho esto». Lo que estaba diciendo era: «No he sido yo, Yeshua ben José, quien ha hecho esto. No veneréis mi ego alterado. No veneréis mi rostro ni mis pies. No veneréis mis vesti­duras. ¿No entendéis? Fue el Padre celestial que vive en mí quien lo hizo. Yo no soy nada». Nunca se adju­dicó el mérito por su obras, siempre se lo dio a Dios, y al hacer eso, pasó una prueba que tú nunca enfrenta­rás en esta vida, porque no tienes las agallas de decir «es mi Dios quien lo ha hecho», pues es demasiado difícil quitarle el mérito a tu personalidad; demasiado tentador. Supongo que esa es la diferencia y el motivo de que los maestros no residan entre vosotros. Lo úni­co que recibimos en la vida es aquello que somos. Sólo manifestamos en nuestra vida aquello que es igual a lo que somos. Esa es la ley; sin excepciones y sin prejui­cios. Obtienes todo lo que deseas y, por desgracia, de­seas lo que es perecedero. Yo me esfuerzo por enseñarte acerca de lo imperecedero.

Muchos de vosotros habéis hecho milagros, ¿pero es eso suficiente como para que te cruces de brazos el resto de tus días? «Bueno, fui capaz de hacer esto. Hace dos años hice aquello, hice lo otro.» ¿Vas a vivir a cuen­ta de esa reputación? ¿Acaso disculpa, de alguna ma­nera, tu conducta de hoy? ¿Y por qué hoy no puedes librarte de tu dolor de cabeza? El hecho de que el año pasado hayas obrado un milagro, ¿es motivo para que pases por alto el problema que creaste hoy? La reputa­ción no va a resolverte la vida. Se trata de vivirlo a cada instante del presente divino.
No puedo enseñarle a nadie que insista en oír sólo lo que le interesa oír. Yo puedo enseñarles a aquellos que despiertan y comprenden que el verdadero proble­ma de su vida es que han recibido una gran cantidad de sabiduría, y que no sólo la escucharon verbalmente, sino que se les dio la libertad de llevarla a la prácti­ca. Y muchos tienen el mérito de haber podido hacer­lo y de haberse probado a sí mismos que la enseñanza no es una filosofía, sino una verdad.

Yo podría sentarme a llorar durante otros 35.000 años, porque la mayor travesía en la que me he embar­cado ha sido regresar para conseguir que realices ese único y pequeño milagro: la verdad. Y si eso no fun­ciona, entonces nada va a funcionar. No se trata de que yo sea Ramtha o que no lo sea, sino de que yo te enseñé a obrar lo milagroso, y tú lo hiciste. ¿No hace eso que nos preguntemos cuánto más hay ahí? Ese pe­queño milagro, esos dos pequeños milagros, esos dos niveles de verdad son como plumas en el viento en lo que respecta a la personalidad, porque la personalidad puede negar, rechazar y razonar lo milagroso en sus propios y sórdidos términos de lógica. Les ha pasado a los mejores de vosotros. ¿Recuerdas el dicho que dice «los últimos serán los primeros y los primeros serán últimos»? Es totalmente cierto.

En algún lugar dentro de cada uno de vosotros debe nacer, tal como nació en mí, la idea de que debe exis­tir algo mejor que mi vida. Yo tuve mucho tiempo para pensar en eso durante los siete años que pasé en la roca. Yo me senté y sufrí durante siete años. Y te diré algo que deberías considerar digno de atención: yo creé mi propia traición porque en una sola ocasión no uti­licé mi sabiduría. ¿Cuántas veces al día no usas tu sa­biduría? ¿Hace falta que te señale el abuso que le infliges a tu vida por no usar la sabiduría que tienes en algún lugar dentro de ti y que obtuviste un asombroso día?

Los primeros años estaba lleno de ira y amargura; lleno de resentimiento y de odio. Estaba resentido con todos y odiaba a todos. Yo era la víctima por excelen­cia. Como era el líder, sufrí una gran caída desde mi inmortalidad, la leyenda que yo era. Imagínate eso. Yo sé por qué no haces cosas que amenacen tu imagen, pues yo también lo hice; sé lo que se siente. Yo estaba resentido, lleno de odio, y sin embargo, no podía ha­cer nada al respecto. Así que siéntate allí, Ramtha, y resiéntete y odia un poco más; sólo estás creando el día siguiente que te va a herir todavía más, y vas a sentirte peor. Y después de un tiempo, me harté de sentirme peor. ¿Sabes por qué estaba resentido? Por haberme caído de mi imagen, y a eso súmale la herida. Yo estaba resentido por eso. Pero no podía hacer nada al respecto, después de todo, yo había creado las cir­cunstancias de mi propia caída. Así como tú conti­núas creando las circunstancias que vuelven a presentarse en tu vida, así lo hice yo.

Aquel pájaro nocturno me enseñó más de lo que había aprendido en toda mi vida. Era mi compañero único y verdadero. A él no le importaba que yo fuera el Ram, nada más no hagas ningún ruido, no sea que despiertes a los pichones. Después de un tiempo obe­decí eso. Yo estaba en su territorio; ellos no estaban en el mío. ¡Qué interesante!
¿Sabes en qué consiste el resentimiento? En tratar de volver al pasado. Existe una cualidad primitiva en la personalidad con respecto a querer volver a su pasa­do. Es primitiva hasta el punto en que continúas re­gresando a las cosas que te resultan familiares, formas de pensamiento familiares, modos de pensar que son familiares. Es un elemento primitivo en ti. Yo lo sé; estaba en mí.

Déjame decirte cómo es. Continúas reafirmando tu pasado porque elegiste hacerlo. Por eso se interpo­ne en el camino de lo milagroso en tu vida, porque lo milagroso, con su luminosidad, debe atravesar las som­bras de tu personalidad. Regresar al pasado sería para mí como regresar a la última ciudad que he arrasado, reconstruirla y volverla a destruir, luego pensar acerca de eso, regresar y hacerlo otra vez. El pasado para mi -igual que lo que tú haces todos los días— sería tratar de volver a Onai, erigirla, regresarla a la posición donde estaba, dedicar todo mi tiempo a reconstruirla, piedra por piedra —y ni qué hablar, por supuesto, de resucitar a la gente de entre los muertos—, volverla a construir para hacer que me sometiera una vez más.

¿Por qué querría resucitar al guerrero que me escu­pió en los ojos? ¿Por qué querría resucitar al sátrapa que deshonró a mi hermano? ¿Por qué querría hacer eso? Tú dices que tú no lo harías, pero yo te digo, ¿no es eso lo que haces? ¿No reconstruyes tu pasado una y otra vez? Lo haces. Dices que los rostros han cambia­do, pero yo te digo que no sería diferente si yo me fue­ra a otro plano, arrebatara a las personas que maté de la vida en la que están actualmente, y ellas desapare­cieran y regresaran al pasado. Lo único que estás ha­ciendo es reciclar los mismos rostros de siempre. Eso es lo único que haces. Simplemente tienen puesta una máscara diferente.

Todavía no se te ha ocurrido realmente —excepto a aquellos que puedo contar con una sola mano y que me sobren dedos— que para mí la realidad comienza en la mente. No sucede en lo físico; eso no es realidad. Esa es la diferencia con las personas que están atasca­das en los escollos de un río turbulento. Su realidad es el río turbulento.
Cruzar el río es traicionero              
Para los seres que han vivido su vida en comunión con toda la vida, su realidad no es una única cosa es­pecífica, sino la comunión de la vida misma, que está aquí. Si yo te dijera que no se trata de lo que haces, sino de lo que piensas, entonces eso respaldaría, en pocas palabras, la enseñanza de que conciencia y ener­gía crean la realidad. Si lo hubieras pensado, ya lo ha­brías hecho.

¿Cómo ponemos esa declaración en el contexto de lo milagroso? Lo que piensas en tu cerebro siempre se manifiesta. Yo lo llamo pensamiento común. El pen­samiento común es el pensamiento más poderoso de todos, porque no encuentra objeciones; se le permite ser. Lo milagroso requiere nuestro trabajo: subir la ener­gía más allá de nuestros tres primeros sellos, debemos sentarnos y hacerlo. Es traicionero, porque quizá esta­mos cansados, puede que sea tarde, tal vez estemos en la cama, o podríamos estar con alguna prostituta. Así que siempre es traicionero; cruzar el río es traicionero. Pero esto es lo que pasa. Tu pasado fue como mi pasa­do, yo me apoyaba sobre los hombros de mis conquis­tas, pero cuando desaparecieron, me quedé sin hombros en los que apoyarme. Ese era mi pensamiento común.

Tu pensamiento común es tu ego alterado, por eso se sigue manifestando, y por eso tenemos que trabajar tan arduamente para que el Espíritu Santo esté activo en nuestra vida. Decimos que es un trabajo arduo. Sí, lo es, porque aún no te has apropiado de estas pala­bras. Estos pensamientos transmitidos abiertamente y con elocuencia aún no son tus pensamientos. Tú no piensas como yo. Incluso en el cerebro de esta mujer yo pienso como un Dios, uso el cerebro como un Dios. ¿De qué otra manera explicas esas horas de orienta­ción fluida? Esa es la mente de Dios que fluye a través de un cerebro humano, a la cual podrías criticar fácil­mente, pero no puedes negar que está fluyendo. Te es­toy dando una demostración del pensamiento común, fluye desde mí de manera ilimitada. Ni siquiera pue­des sostener una conversación conmigo. Tu pasado está reforzado por lo común de tu personalidad, y lo mila­groso aún no es parte de tus pensamientos. No piensas como Dios, por lo tanto, no puedes vivir como Dios.

No se trata de lo que haces: se trata de lo piensas. Y como tu profesor te digo que para mí tus pensamien­tos son realidad. No me importa lo que hagas después, es insignificante. El punto de realidad se creó en tu cerebro, y tú contemplaste el pensamiento. Eres un tonto si crees que esos pensamientos no están expuestos
 a todo el mundo del plano de la luz y más allá. Eres un tonto si piensas que son privados, pues no lo son.
La divinidad fingida sólo te conducirá a la tumba, y habrás perdido un cuerpo que te permite realizar las maravillosas obras del reino del cielo. Retomo mi pre­gunta: ¿por qué le temes tanto a tu personalidad? ¿Por qué piensas que si eres un ser divino vas a perder vida? ¡Qué tontería tan absurda!

Y no te excuses diciendo: «Soy joven». Esa no es una excusa. La juventud ofrece la mayor reserva de energía para la consumación del Cristo en la materia. Cuando envejeces, se hace difícil eliminar el dolor de tus huesos, porque gran parte de tu vida emocional ahora está en ellos. Es aún más difícil cuando ya no eres tan viril como para encontrar la energía hormo­nal que ha perdido el cuerpo, para resucitarla en una clase de pasión que conocías sólo cuando eras joven e imprudente. Todos piensan que son indestructibles cuando son jóvenes. Son las hormonas las que te ha­cen pensar así, pero se abusa de ellas, no se las usa.

¿Cuál es la recompensa? El reino de los cielos. ¿Y qué significará eso? Significa que la mente se coloca en el altar de Dios, y se coloca allí para que Dios sim­plemente la tome y la utilice como un instrumento para crear el paraíso. Cuando lleguemos a ese punto, debemos depositar una pesada carga en ese altar, lo que no es fácil, pues es difícil dejar a un lado nuestras enfermedades, ya que han constituido nuestra perso­nalidad. Es difícil dejar a un lado nuestra sexualidad, pues nos ha causado problemas que le han dado senti­do a nuestra vida. Los problemas son siempre una ra­zón para vivir.

Es difícil dejar a un lado la sexualidad. Es difícil dejar a un lado la identidad femenina, porque te ha hecho llegar muy lejos en la vida. Pero yo te digo que un día no te llevará a ninguna parte. Es muy difícil dejar a un lado la identidad masculina, porque enton­ces piensas que te pierdes la juventud. Te pido que te plantees conmigo, ¿hay algo que hayas hecho que no continúes haciendo? Consideremos tus hábitos, ¿cuán­do tienes suficiente? Tienes suficiente cuando lo has hecho una vez, pero si eso no basta, te pido que razo­nes conmigo —muéstrame tu lógica, yo te escucha­ré—, ¿cómo es que la redundancia de esa actividad de tu vida podría ser superior a la vida de una maestro? No lo es.
¿Significa que tienes miedo de que no te quieran? Si te aferras al amor por medio de tu cuerpo, tu apa­riencia, tu juventud, o lo que sea que te haya funcio­nado —lo que ha hecho que esas personas estén en tu vida—, si temes perder eso por el reino de los cielos, entonces no eres digno del reino de los cielos y te has rodeado de las personas equivocadas en tu vida. Si lle­vamos eso un poco más lejos, yo diría que tus pensa­mientos las han creado a todas ellas, así que tus pensamientos están equivocados, pues pienses lo que pienses en tu cerebro, debe consumarse aquí, en los rostros de cada persona de tu vida.

Es mucho lo que hay que poner en el altar. Es mu­cho lo que supone confiar en Dios. Pero Dios no se tra­ta de confiar; se trata de ser. La confianza existe sólo cuando estás separado de algo. Nunca puedes descon­fiar de ti mismo, eso sólo ocurre cuando estás separado de ti; y tú estás separado. Nadie puede desconfiar nun­ca de sí mismo, porque siempre vive aquello que es su yo, ya sea el humano o el Dios. Jamás puedes descon­fiar de lo que eres. Puedes predecir lo que serás por tus pensamientos, pero cuando se trata de otra persona, eso es un signo de separación, es un acto de confianza. En Dios no existe el confiar; sólo existe el ser.

Así es como es. En mi larga carrera, no sé cómo decirte de manera más sencilla que has elegido tus pen­samientos, y que eliges pensarlos cada día como pen­samiento común. Entiende esto: no debería haber sorpresas en tu vida, porque no hay nada que suceda en tu vida que primero no hayas pensado, contempla­do y fantaseado como pensamiento común, el pensa­miento más poderoso de todos. No me mires y digas: «Fui inocente de esto». No lo fuiste. Decláralo abier­tamente. Eres un creador, y atribúyete el mérito por eso, pues tú has tenido la fantasía, tú contemplaste el pensamiento, le diste vueltas en tu cabeza, conspiras­te, manipulaste, fuiste astuto, y ahora lo has consegui­do con todas esas complejidades. ¿De qué manera más sencilla lo puedo decir?

Yo estaría totalmente fuera de lugar si te dijera que estas son las enseñanzas más elevadas que hayan exis­tido, sin que tú las demostraras por ti mismo. Pero como tú has sido lo milagroso en esos espléndidos momen­tos, yo estoy aquí para decirte que funcionan, y que funcionan para todo el mundo.
Depositas mucho en el altar de Dios, pero cuando cruces el río verás que no fue nada. Todos vais a cruzar el río, porque todos vais a morir. Cuando cruces y es­tés fuera de este cuerpo —y fuera de esta red neuronal atascada en sus hábitos— y eches una mirada hacia atrás, vas a entender lo que te estoy diciendo. Tal vez haga falta otra de estas vidas para que llegues a verlo.

Algunos piensan que yo no te dejo en paz. Es ver­dad, no te dejo en paz. ¿Y por qué debería hacerlo? Soy tu profesor. Te estoy diciendo lo que ningún otro puede decirte, ni siquiera tus mejores amigos, pues ell0s nunca te dicen nada; siempre te dicen lo que les bene­ficia a ellos.

Vas a tener que reemplazar tu mente pertenecien­te al mundo popular del ego alterado, sus idas y veni­das, sus imágenes, sus expectativas. Vas a tener que reemplazar algo de ese mundo con ser Dios, crear un mundo y hacer cambios en él. Entonces, cuando ca­minas por el mercado sabes que lo has afectado en vez de estar ahí sólo para pasar un buen rato. El mejor de los tiempos —y así es— es el no tiempo. Caminar por un mercado y que no haya tiempo significa que lo has cambiado. Ese es el mayor de todos los obsequios. El mercado jamás te hará pasar un tiempo mejor que el que tú vas a crear, te lo aseguro.

Si dices que eres seriamente un Dios de la Gran Obra, debes dedicar una parte de tu vida a ser ese Dios. Y eso no significa que tengas que pasearte en una larga túnica y propugnar palabras vacías. Significa que de­bes vivir su sustancia y ser recto.

RAMTHA

sábado, 26 de mayo de 2012

LEYENDA DEL ATRAPASUEÑOS

Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le hablo en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.

Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un
aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.
Él habla con el anciano acerca de los círculos de la vida, de como empezamos la vida como bebes y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes completando el circulo.

Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red, en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras en las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tu escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.


El continuo, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.


También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.


Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.


Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: ve la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.


Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.


El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida.


Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.


Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.


Ellos creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.
Los atrapa sueños tambien se les conoce con el nombre de "bawadjigan" en el lenguaje ojibwe de los Sioux, quienes luego se dividieron en los sante (isayati, los que viven cerca de knife lake) Dakotas centrales y Teton (Lakotas) estas culturas sostenian la creencia de que los sueños eran mensajes del mundo espiritual, de esta manera el atrapasueños funcionaba como filtro de sueños y visiones, que protegian contra las pesadillas. Los Lakotas llegaron a creer particularmente que el atrapasueños, sostiene el destino de su futuro. Y es propicio para la buena fortuna y la armonia familiar, aparte de los buenos sueños.

EL ARTE DEL DESAPEGO Y EL AMOR INCONDICIONAL

Ahora, el amor incondicional habita en el seno de la diosa. ¿Y por qué yo encuentro que eso es lo más hermoso que hay? Porque significa que esa mujer tiene más amor que asociación, y en el lugar de la asociación vive solamente el amor, porque eso es lo que queda cuando te deshaces de los puntales del victimismo en todos los niveles de tu vida. Y ahora digo que la diosa está sana y salva, porque de su seno fluye solamente amor. No es artificial; ella es, porque ahí no hay nada más que eso. ¿Y por qué es esto tan importante? Porque esa es la cualidad que constituye a un Cristo. Ese es el amor que cura; ese es el amor que une; y ese es el amor que alimenta. Y el amor no puede existir en un estado de apego. ¿Cuántos de vosotros entendéis? Date la vuelta y explícale a tu compañero. Ahora, una de las razones por la que dejas intacto a ese demonio al que estás empezando a entender un poco más, es que —veámoslo de esta manera— si neutralizaras al Yo sombrío dentro de ti, te asustaría lo que serías sin él. En otras palabras, ¿cuál sería entonces el estímulo de tu conversación? ¿Cuántos de vosotros entendéis? Y también te asusta el que no tendrías una razón para levantarte cada mañana y culminar tu día con sangre, sudor y lágrimas sin tener un ataque de nervios. Piensa en esto. La gente está aterrada de desnudarse hasta llegar al límite del desapego, porque eso significa que hay un verdadero miedo a lo que puedan ser o en lo que se puedan convertir, pues han compartido una amistad verdadera y provechosa con aquello que se llama el Yo sombrío. Están ligados a los apegos. ¿Cuántos entendéis?  

Ahora, ese es un concepto que acobarda. Sin ir más lejos, en este monólogo, que esta declaración —porque yo no quiero que pierdas los estribos y crees entonces un apego a la enseñanza que te acabo de dar, lo cual es siempre un riesgo—, ¿por qué no piensas entonces que quizás la razón por la que no quieres renunciar a tu pasado es que ha sido un muy buen compañero en tu presente, y ello significaría realmente tener que ser una persona diferente? Y al ser tú la persona que siempre quiere estar en control de tus apegos, eso te pone un poco fuera de control. ¿Cuántos de vosotros entendéis? Yo te digo: los santos nacen a raíz de este fuego —en verdad lo hacen— y también los maestros, gente auténtica y genuina que está en una misión divina para encontrar esa falla que ha inhibido su progreso durante milenios. La están buscando, la quieren de verdad. ¿Sabes? Tú no tienes un montón de karma. Lo que tienes es una falla —una falla— de la que te puedes adueñar, y es la falla más obvia en tu vida. Y te puedes adueñar de ella cuando sacas tu espada y derribas esas muletas que la sostienen y te das cuenta de que está vacía. Y son las muletas las que te siguen trayendo de regreso vida tras vida tras vida. ¿Entiendes? Ahora sabemos que al hablar de una enseñanza como esa hay algunos de vosotros que no me escucháis. Tenéis lo que se dice un oído selectivo; así os perdéis muchas de mis enseñanzas. Hay espacios completos de los que no recordáis nada, y yo soy mucho mejor orador que eso. El oído selectivo actúa cuando no quieres escuchar lo que te estoy diciendo. Pero yo te digo: estás aquí para escucharlo; viniste aquí para escuchar lo que no quisiste escuchar antes.  

Ahora, nuestro primer paso en esta resolución es que nos ha tomado todos estos años llevaros hasta un punto de conocimiento más allá de la superstición y el fanatismo, llevaros hasta el punto en que ahora ya podemos ir hasta el centro y hablar de esto sin histeria. Yo voy a seguir teniendo aquí gente histérica, porque ellos no escuchan. Ellos no escuchan la enseñanza completa ni la contemplan profundamente, ni ven por sí mismos que todos estos bloqueos están realmente vacíos, y que lo único real en ellos es la culpa. Y cuando nos deshacemos de eso, no hay nada más y todo lo que existe ahí es amor. Esa es la cualidad de Dios que estamos buscando aquí. Ese es el poder que mueve montañas. Bueno, tomó todo este tiempo traerte a este pequeño lugar para que escucharas este simple mensaje; y es así de sencillo. ¿Qué tan difícil será entonces desprenderte de tus apegos? No es difícil en absoluto, mi querida gente, porque con un enfoque aplicado a la carencia sin personas, lugares, momentos y sucesos, ésta no se puede sostener como carencia, no existe. Y cuando esa iluminación ocurra, el cerebro se revolucionará para reconectar sus circuitos exactamente de acuerdo con ese entendimiento. ¿Y qué ocurre cuando te das cuenta de que no existe tal cosa en ti como la carencia o el miedo o la enfermedad o la maldad o la ignorancia, o cualquier otra cosa que quieras nombrar? ¿Qué pasa en ese momento cuando sabes eso? Todo el espacio de esa contemplación se desvanece, porque no se puede sostener a sí mismo.  

Y se limpia, y un poder toma posesión de él. Es un poder de espacio libre, es amor. Y es en ese lugar donde sucede lo milagroso. Lo milagroso no sucede en el pasado ni en el futuro; sucede en el momento que estás presente, en contemplación; es ahí cuando sucede el milagro. Es el único espacio donde puede ocurrir. ¿Cuál es el milagro? El milagro es abolir la mentira; y en su lugar aparece la abundancia. Siempre estuvo ahí, siempre ha estado ahí. Y  aquellos de vosotros que no oís muy bien, continuaréis protegiendo vuestra pequeña y sucia conciencia, y vuestro pequeño y sucio modo de pensar. Y seréis los poseedores de vuestro pasado, porque os da una razón para quejaros y algo por lo que trabajar, pues vosotros no creéis en mí, sino en vuestra carencia. Y aquellos de vosotros que os aferráis a vuestro tormento —vuestro tormento imaginario, vuestra traición imaginaria, vuestra ilusoria reacción desagradable—, aquellos de vosotros que os aferráis a él, vuestra vida no será más que un infierno, no sólo por el resto de esta vida, sino por todas las vidas que vendrán. ¿Y cuál es el salario que recibimos por estar apegados a este Yo sombrío? Es que el amor por este ser erróneo se vuelve más seductor que el amor a la vida —y sus oportunidades, que nos permiten que cada día el amor a esta bestia sea más importante que el amor a la vida— y la participación en ese amor en cada aspecto, cada acción y cada pensamiento es tal que podríamos decir que estamos realmente vivos y que, en verdad, hemos vivido. 

Tu manera de pensar equivocada y pequeña nunca te permitirá experimentar la vida, pobre de ti. Y nunca serás un maestro en esta escuela, porque el sueldo de la maestría es muy estricto. Demanda la conquista de uno mismo; más que eso, demanda la absolución de lo divino en nosotros. Eso significa la liberación de nuestra divinidad. ¿Y dónde está esa divinidad? Está justo en el lugar donde crees que está tu carencia. Y nuestra divinidad es la voluntad. Es la espada de la voluntad la que nos permite, como legisladores, determinar qué clase de vida queremos. Yo digo que no hay enemigo que no hay hombre ni mujer ni hay padre tan poderoso que me pueda robar mi vida y mi poder de hacer de mi vida lo que quiera. Nunca hubo nadie tan poderoso en mi vida. ¿Por qué tendría que haberlo en la tuya? Así pues, aquellos de vosotros que tenéis oídos, escuchad lo que he dicho y no lo interpretéis de modo diferente a como yo os lo he enseñado. Y aquellos de vosotros que queréis saber, vuestra libertad está cerca; vuestra absoluta levedad del ser está a vuestro alcance. Y no me importa quién seas, no me importa qué idioma hables, si sabes leer y escribir o si no sabes, todos somos iguales ante Dios. Y cuando todos tenemos ese momento de mirarnos a los ojos, ver nuestras limitaciones y calificar nuestra carencia por lo que la sustenta, y después deshacernos de lo que la sostiene, entonces te juro que estamos ejecutando lo divino, y todos nosotros tenemos la capacidad de hacer eso. El amor es un imán. Es magnético y poderoso. La carencia es artificial, limitada, destructiva. Así, lo verdaderamente maravilloso en esta escuela aún está por aprenderse, pero no puede aprenderse hasta que esta lección sea practicada y quede adueñada. ¿Cuántos de vosotros entendéis? Que así sea.

RAMTHA

jueves, 26 de abril de 2012

Y QUE APRENDI????

Aprendí q no es lo mismo esperar que generar.
Aprendí q en la capacidad de asombro, esta la verdadera grandeza.
Aprendí q el amor es libertad, sin esperar nada a cambio.
Aprendí q todo lo que nos pasa es necesario para nuestro crecimiento.
Aprendí q la única manera de salir, es saliendo.
Aprendí que el poder de una sonrisa transforma todo.
Aprendí que entre mas se da mas se recibe.
Aprendí que las cosas por si solas no cambian, pero si la manera de verlas.
Aprendí que no existe mayor libertad y mayor enseñanza que el perdón.
Aprendí a no juzgar, sino a aceptar todo sin pretender cambiarlo.
Aprendí a reconocer la belleza en todas las cosas y poder ver el vaso lleno.
Aprendí que la ciencia de la paz se llama paz-ciencia y que no hay satisfacción mas grande cuando llega la recompensa de sus vivencias.
Aprendí que estamos aquí para recordar lo que somos y volver a ser uno.
Aprendí que el amor mas grande y real es el de la naturaleza y  sus seres.
Aprendí que el sol siempre nos ilumina por mas nublado que este el día, y que en cada maña hay una nueva oportunidad.
Aprendí que todo pasa, y que lo que sube baja.
Aprendí q lo valioso no es el golpe de caer, sino la fuerza de la levantarse.
Aprendí que no basta con jugar a la vida sin conocer las reglas.
Aprendí que todo lo que hago a alguien, experimento.
Aprendí que los cambios se hacen en el presente y  nunca en el pasado.
Aprendí que nunca estamos solos y que nos aman incondicionalmente..
Aprendí que lo único que transforma todo es el Amor .
 Y si así lo comprendí durante 27 años.... hoy se con certeza que para vivir no es suficiente con soñar, sino vivir por el sueño. ;)

Irianka