Mostrando entradas con la etiqueta purificacion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta purificacion. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de mayo de 2012

¿QUE SIGNIFICA SER PURO DE ESPIRITU?

Hay un dicho que es absolutamente cierto; dice que los puros de espíritu ven a Dios. Pensemos en esa fra­se: los puros de espíritu. ¿Qué significa? ¿Por qué no pudiste sentir la presencia del Espíritu Santo? Porque no eres puro de espíritu. Eso significa que en tu mente armas juegos y pones puertas trampa, y estableces en qué condiciones serás un ser espiritual. Eso es lo que significa. Una persona que es astuta, manipuladora, y que solo toma de esto lo que quiere y nada más no es pura de espíritu.
Podríamos tomar a una persona común y corriente de la calle, que nunca ha oído las enseñanzas, una en­tidad común que siempre ha sido franca y nunca a ma­nipulado a nadie, y decir que es un hombre sincero o una mujer sincera. Algunas personas necesitan decir que la sinceridad es algo brutal. La sinceridad no es brutal; es deliciosa, es inusual. Todos vosotros pensáis que decir no es ser sincero. ¿Sabíais que decir sí también lo es? ¿No es eso exquisito? Algunos de vosotros pensáis que ser sincero implica ser malvado. No es asi. Es compasión. Es belleza; belleza verdadera. Cuando una persona es honorable contigo, es que es pura de espíritu. No hace falta que esté en esta escuela. Pureza de espíritu significa que no hay sombras que la res­puesta tenga que atravesar, no hay laberinto que deba recorrer del cual saldrá confusa y deformada.
Cuando una persona es honorable contigo, no tie­nes que entrar en su juego y quedar atrapado en su vida para tratar de hallar la solución. Una mujer ho­norable es pura de espíritu y se ha purificado a sí mis­ma, ya sea por su educación o por las circunstancias en las que se encuentra. Nunca se ha sentido perseguida por su pasado. Nuestro pasado nos persigue cuando hemos sido deshonestos con nosotros mismos y nunca observamos la verdad en nuestro interior. La razón de que tengamos pesadillas es que jamás hemos sido sin­ceros con nosotros mismos, y no nos hemos dicho lo que realmente somos. Siempre hemos jugado a los es­pías y a las escondidas con nosotros mismos. ¿Y por qué? Estoy seguro de que para ser encantadores, para agradar, para ser misteriosos, para ser astutos. Todos esos juegos, toda esa manipulación, han destruido la pureza del espíritu.
La entidad que vive en los arrabales y es capaz de ser honorable no dice mentiras; y tú mientes un mon­tón. Creas rumores, mientes, y eres deshonesto por­que no sabes lo que es ser honorable. No sabes lo que es hablar simplemente tu verdad. Sin embargo, la prác­tica que conlleva hacer eso hace aflorar la rectitud en el individuo. ¿Por qué menciono esto? Porque el enga­ño es el juego del ego alterado. El engaño es el juego. Mientras podamos mantener a los demás aquí ocupa­dos, bajo la falsa idea de que somos lo que decimos que somos, ellos nunca pasarán de cierta línea para descu­brir lo que ni siquiera nosotros sabemos que somos.
¿Qué tiene eso que ver con el hecho de que con­ciencia y energía crean la realidad? La falta de rectitud provoca un fraccionamiento de la energía enfocada, pues cada vez que te enfocas, debe dirigir su enfoque a través del laberinto de la deshonestidad y la falta de rectitud. Esa energía pura es la que siempre se estruja en el trapo sucio, y el agua que al entrar era pura, sale turbia y mugrienta por el otro lado. Y tú dices: «¿Qué pasó? No funcionó». Las enseñanzas no te van a fun­cionar hasta que seas puro de espíritu. Eso significa ser sincero y honorable, que cuando te acuestas por la noche tus sueños no te inquietan, y que no estás pre­ocupado por lo que le dijiste a aquella persona y re­cuerdas lo que dijiste e intentas mantener la trampa tendida. Cuanto más sincero y honorable eres, más lim­pio estás. Entonces, cuando añadimos el pensamiento común de la mente de Dios, se produce la manifesta­ción instantánea. Las manifestaciones que has conse­guido tras largas horas de enfoque se han manifestado de forma fraccionada. Si llegas a iluminarte acerca de esto, verás que alumbró cada parte del laberinto de la mente en vez de ir directamente al centro. Entenderás que no puedes manifestar nada en tu vida que no haya atravesado el laberinto de la mente.
¿Realmente esperas que tu enfoque en lo milagro­so aparezca inmediatamente? Si conciencia y energía son la base suprema de toda la realidad, entonces ¿qué hemos hecho con nuestra conciencia y cuáles son las reglas de la manifestación aquí? Las reglas no son nada que hayamos escrito, sino nuestra manera de pensar y, ¡ay!, aquí encontramos el pequeño inconveniente. Comprendemos que sólo cuando somos puros de espí­ritu podemos conseguir la manifestación pura e ins­tantánea. ¿Y por qué en nuestra vida han sucedido pequeñas cosas insignificantes, y pareciera que no ha sucedido ninguna de las grandes cosas? Porque las gran­des cosas requieren mucha maquinación y planificación, y las pequeñas cosas son tan insignificantes que no necesitan un laberinto, pues no son importantes; por eso suceden.
¿Por qué un día puedes curar tu dolor de cabeza y al día siguiente no puedes? Porque el dolor de cabeza presenta algunos imprevistos. Primero tenemos que ver por qué elegimos tener el dolor de cabeza y cómo el dolor de cabeza nos ha beneficiado. Tal vez ese día no queríamos trabajar. Tal vez el dolor sea consecuencia del estrés. ¿De dónde vino el estrés? De la desconfian­za. ¿De dónde vino la desconfianza? Del estado de se­paración, la falta de unidad en Dios. ¿Cómo podemos entonces curar el dolor de cabeza hasta que no haya­mos curado el problema que está detrás de eso, hasta que no hayamos limpiado a fondo el laberinto que con­duce a él? El dicho antiguo dice que los puros de cora­zón y los puros de espíritu siempre ven a Dios.

Entonces, ¿qué deberías estar haciendo? Si yo fue­ra tú —y soy feliz de no serlo—, en vez de trabajar en la riqueza fabulosa, trabajaría en todos los desvíos que me apartan de mi Dios y me apartan de serlo. ¿Y qué vendría a ser eso? Mi propia deshonestidad, los juegos en los que entro conmigo mismo. Por ejemplo: ¿cuán­do vas a dejar de culpar a tus padres por tu vida mise­rable, y por qué sigues cargando con eso como una muleta? Porque te conduce a donde quieres. Eso es lo que hacen las personas astutas. Lo pueden usar para conseguir lo que quieren. ¿Entiendes ahora cómo fun­ciona el juego? Las personas honradas no hacen esto* lo hacen las personas astutas. Es parte de la estrategia del juego, es parte de un ataque. Cada vez que haces eso, es como si yo regresara y reconstruyera la ciudad de Onai tan sólo para destruirla otra vez. ¡Qué ridícu­lo es eso! Tú haces lo mismo pero a costa del reino de los cielos y, a fin de cuentas, a costa del tormento.

Si yo fuera tú, trabajaría en la rectitud y en la pure­za de espíritu. Todos los días dedica cinco minutos de tu día —sé que va a ser difícil— a estar totalmente presente y decir: «Espíritu Santo, mi Espíritu Santo, te suplico que en este día presentes ante mí el cenagal de mi deshonestidad y que me alimentes de él hasta que lo haya consumido todo y ya no quede nada.» Es difícil de hacer, pero si vas hacia la inmortalidad, no tienes otra elección, porque eso es lo que te está apar­tando de ella.
Lo segundo que yo haría es aprender a ser recto, el uso recto del enfoque. ¿Qué significa eso? Significa que dejes de pensar en función de tu ego alterado y pienses en función de la luz de toda la eternidad. Esta vida que estás viviendo... Hay algunos de vosotros que no sa­béis lo cerca que estaréis de morir. Muy cerca. Esta vida podría terminarse mañana por la mañana, y tú ni siquiera la has vivido. Piensas que vivir la vida es acos­tarte con cada prostituta. Piensas que la vida es visitar todas las tabernas del Pony Pisador. Piensas que la vida son las drogas. Eso no es vida. Y así te has perdido de la vida una vez más.

Yo empezaría a pensar teniendo en cuenta la luz de toda la eternidad. Mi próximo punto de enfoque sería cuánto vale este momento a la luz de toda la eterni­dad. ¿Qué estoy a punto de decir? ¿Lo que estoy a pun­to de decir es relevante para el momento presente y para el problema en que me encuentro, o es relevante a la luz de toda la eternidad? Yo siempre elegiría la luz de toda la eternidad, pues recuerda que, en última instancia, nosotros somos nuestros propios fiscales, nosotros somos el verdugo. ¿Por qué habríamos de ro­garles a ellos —que somos nosotros— la liberación para una vida temporal cuando podemos tener vida para toda la eternidad? A la luz de toda la eternidad, ¿cuán­to vale este momento?

Lo siguiente que haría es no quitarles nada a los demás ni jugar al juego de la prostitución mental. Hay algunos de vosotros aquí que sois muy tacaños, sois unos codiciosos ladrones. ¿Qué podemos decir de eso? ¿Cómo puedes pedir riqueza fabulosa cuando eres ava­ro con la riqueza que tienes? ¿Cómo puedes ser Dios v codiciar tu monedero?

Algunos de vosotros aquí sois ladrones. Robáis a la gente y lo llamáis manifestación. ¿Ves cómo funciona el laberinto? ¿Ves cómo justificamos todo y que la per­sonalidad debe ser justificada a fin de que pueda asirse a esta vida? Te digo que ni por todo el dinero de este mundo ni del mundo venidero te vale la pena perder tu pureza de espíritu. No lo vale. Hay muchos santos que anduvieron sobre esta tierra y que comían pan ácimo, sólo bebían agua, y a veces ni siquiera eso, y el vino hubiese sido un placer sin medida. ¿Quién hizo esto y por qué? Porque era el principio fundamental de sus vidas. Podían gozar del vino, del banquete empala­goso, del cordero, los dulces, las olivas y el queso, pero sólo si sabían andar en ciertos círculos, y hacer eso significaba enturbiar la pureza del espíritu. Los gran­des seres a veces eligen ser simples porque el ser de otra manera implica renunciar a lo que les es más cer­cano y querido: la luz de toda la eternidad.

Al otro extremo de esto estáis aquellos de vosotros que sois ladrones. Os he observado. ¿No sentiste que tu conciencia se estremecía? Sí, lo sentiste. ¿Sabes qué hiciste con eso? Lo justificaste diciendo que era una manifestación. No es tuyo a menos que te lo den, y que te lo den por medio del amor de Dios —Dios es un dador; no quita—, y que te lo den sin esperar nada a cambio. Eso es incondicional e ilimitado. Vas a en­contrar muy pocas personas en el mundo que saben dar de esa manera, así que las ocasiones de recibir po­drían ser muy pocas. Pero todo debería ponerse en la balanza frente a tu vida espiritual.

No tomes ni una copa de oro ni un penique de cobre que no te pertenezcan, y si lo has hecho, devuél­velos. Eso se llama honestidad y ser honorable. Es algo difícil de hacer; es difícil tragarse la propia deshonra. Yo preferiría tragarme mi deshonra y saber que viviré para siempre —tal vez burlarme de mi propia ridiculez y de mis propios camaradas—, preferiría vivir confor­me a eso antes que ir a parar a los gusanos, perder mi memoria, nacer otra vez sin ningún recuerdo, y tener que empezar todo esto de nuevo con un alma herida.

RAMTHA

jueves, 24 de mayo de 2012

COMENZANDO EL CAMINO HACIA LA ILUMINACION


¿qué tipo de persona se requiere para llegar a estar iluminado o para comenzar el camino de la iluminación? Se requiere la siguiente persona: una que esté lista y deseosa de haberse adueñado de todo su pasado. ¿Y eso qué dice acerca de la persona? Que la persona no posee nada ni está poseída por nada. No hay nada del pasado con lo que esté endeudada; endeudada no simplemente en cuestión de dinero, sino a través del dolor y la adherencia emocional. Es una entidad que está deseosa de tener una actitud diversa y diferente a la de su pasado. Cuando la persona ya no está poseída por el ayer —número uno— cuando no hay nada que le atraiga, —ya no hay sueños, no hay obligaciones, no hay nada que posea y nada que deba— cuando eso se ha logrado, la persona tiene una actitud virgen, y esa actitud, entonces, está madura para desarrollarse. ¿Y cuál es la tercera? Que la vida es para siempre. Cuando ya no tienes miedo a morir, entonces el concepto de la vida eterna está siempre presente. Así pues, si una persona ya no teme a la muerte, entonces, ¿a qué le teme? No le teme al ostracismo público. No le teme a la reprobación social. No le teme a ser ni famoso ni desconocido. Entonces, ¿cuáles son esas tres cosas? ¿Qué son? No tener pasado, una actitud virgen, y vida eterna. En resumen: ni muerte ni miedo. Eso es lo que conforma a un Cristo. La conciencia del iniciado, la nueva actitud, dice: «Por fin, estoy encontrando mi salvación, porque, en verdad, ha estado dentro de mí todo este tiempo. Esta opresión que siento, yo sé de dónde viene». Y si no lo sabes, sopla esa opresión, y la próxima secuencia de la imagen aparecerá hasta que la respuesta solitaria se vislumbre ante ti. Y todo lo que tienes que hacer es traerla ante ti; traerla. ¿Por qué? Tráela y aparecerá como algo mágico en tu vida, en forma de personas del pasado, del presente; en forma de cosas, en forma de una carta, una palabra. Aparecerá, y entonces estarás iluminado. Y cuando veas esto con una nueva conciencia dirás: «¡ Ah! Por fin soy libre, pues ahora entiendo». Y con esa gloria y un gran grito, se consume en sabiduría, y la conciencia se limpiará para siempre del drama eterno.  
 Tomar la responsabilidad de nuestra vida no es una medida simple, te lo aseguro, pero es la parte espiritual más valerosa quien lo hace, sin importar lo doloroso que pueda ser. ¿Y sabes qué es el dolor? Es el regreso a casa del hijo pródigo de la energía. A esto lo llamamos, entonces, la noche oscura del alma. Todo ese sufrimiento está ahora sobre nuestras espaldas, porque es energía que regresa a la fuente. Pero a través de ese sufrimiento nos purificamos, porque una vez que la energía traspasa la barrera del cuerpo emocional —y el cuerpo emocional se perturba y se agita, y el corazón late muy rápido, se corta la respiración y las lágrimas empiezan a correr—, eso significa que la energía esta regresando y pasa a través de la barrera del cuerpo emocional, causando una tormenta. Y tienes que vivir en medio de la tormenta. Es la naturaleza del hijo que regresa a casa. Y cuando cesa la tormenta, la energía —que ha sido purificada a través del cuerpo emocional— ha regresado después de un ciclo completo, y su regreso a casa es un ingrediente necesario para definir el Yo, aquello que somos. Y es difícil permanecer en la noche oscura del alma sin un estímulo para salir de ella. Pero ¿por qué querrías salir de ahí? Se trata de tirar de esa energía que está en esos lugares dolorosos, lo que debe pasar por tu cuerpo emocional. Ahí es donde está el verdadero sufrimiento, pero es también donde está la purificación. Mitigarlo o deshacerse de ello sería negarse a uno mismo la purificación, y por lo tanto, la sabiduría.
Entonces, cuando estamos en la luz, comenzamos a ver cómo nuestras intenciones han afectado profundamente a todos, y cómo, si tenemos motivos ulteriores de cualquier tipo en cualquiera de nuestros actos, siempre esos motivos ulteriores son el crimen que domina y somete. Motivo ulterior —ulterior, el motivo real detrás de cada acción— ahí es donde se nos juzga. Nunca se nos juzga por lo superficial; se nos pesa y se nos juzga por nuestro motivo ulterior; el ulterior. Es por eso que ser impecable es una asignación tan importante Para el estudiante. ¡Sé impecable! No tengas un motivo ulterior. Si lo tienes, deshazte de todas las florituras y échale un vistazo. Eso es lo que tenemos que refinar, no las florituras, sino el motivo ulterior detrás de nuestras acciones. Ser impecable es vivir desde ese lugar ulterior, porque ese es el motor de nuestra vida y el motor que hay detrás de cada cosa que hacemos.¿Y qué tan común es esto? Bueno, aquí hay un ejemplo común: ser bueno con alguien, excepcionalmente amable con alguien, y no es por el hecho de ser considerado; implica un motivo ulterior. Ahora, todos vosotros habéis hecho eso, y el motivo ulterior es que queréis algo de esa persona. Lo quieres; ya sea una relación en cualquiera de los niveles, o que te dé alguna cosa. Y, normalmente, lo que realmente quieres es el motivo ulterior, y usamos la amabilidad como la carroza para obtenerlo.
Entonces, ahora entiendes el motivo ulterior, ¿no es así? La complicación en una revisión en la luz es que es el motivo ulterior lo que nosotros, como personalidad, llegamos a experimentar. El engaño es lo que experimentamos como el objeto de nuestro motivo ulterior, y el engaño es la intención que no es impecable.
 RAMTHA

martes, 8 de mayo de 2012

LA IMPORTANCIA DE UN MANTRA

Cada enfermedad tiene una solución musical, cuanto mas corta y completa es la solución, mayor es el talento musical del medico. Todas las formas de vocalización pueden ser terapéuticas, entre ellas cantar los mantras, salmodiar, ulular, canturrear, recitar prosa o poesía o simplemente hablar. Entonar vocales oxigena el cuerpo, hace mas profunda la respiración, relaja los músculos y estimula la circulación de la energía. Aumenta tu energía vital, aquieta la mente y llena tu corazón de amor. El canto destruye la preocupación, el dolor y crea dicha. El canto purifica el ambiente , interno y externo. El canto te llena de dicha, entusiasmo y amor divino. 

Entonar vocales puede aliviar el estrés psíquico ante cualquier situación  difícil, baja la tensión arterial y hace mas lento el ritmo respiratorio en enfermos cardiacos, y disminuye  las trastornos del sueño. Entonar y hacer sonidos prolongados de vocales sirve para equilibrar las ondas cerebrales, mejorar la respiración, haciéndola mas profunda y  hacer mas lento el ritmo cardiaco creando una sensación general de bienestar. Los efectos positivos del sonido experimentaras al practicar el canto y ciertos ejercicios simples solo 5 minutos al día. Por ejemplo cerrando sus ojos y dedicando unos minutos a canturrear, no una melodía sino solo una nota que le resulte agradable.
Relaje la mandíbula y sienta la energía del canturreo “hummmm” dentro de su cuerpo. Coloque las palmas de sus manos en las mejillas y observe cuanta vibración se produce en su mandíbula. Este masaje de cinco minutos le va a aliviar el estrés y le servirá para relajarse.

El sonido “Aaaaaa” induce una relación de relajación inmediata, si se siente muy estresado y tenso o nervioso, dedique unos minutos a relajar la mandíbula y a hacer el sonido “Aaaa”. No es necesario cantar, simplemente deje fluir suavemente el sonido al espirar. Va a notar que sus respiraciones son mas largas y que esta mas relajada. Lo puede hacer también cerrando los ojos y pensar el “Aaaaa” mientras espira si le es imposible hacerlo en voz alta.
“iiiiiiiii” es un sonido muy estimulante, despierta la mente y el cuerpo y actúa como una especie de cafeína sónica. Cuando se siente amodorrado mientras conduce o perezoso por la tarde, tres a cinco minutos de un rico sonido iiiii en nota alta le va estimular el cerebro, activar su cuerpo y mantener su estado alerta.
“Oooo” según muchas personas que entonan o cantan los sonidos “Oooo” y “Om” son los mas ricos de todos. Haga el sonido “Oooo”, si se toca la cabeza, la mejilla y el pecho va a notar que el “Ooo” vibra mas en las partes superiores del cuerpo. Cinco minutos de “Oooo” puede cambiarle la temperatura de la piel, la tensión muscular, las ondas cerebrales y los ritmos respiratorios y cardiaco. Es un instrumento fabuloso.
Permitiendo que la voz resuene en todo su cuerpo, haciendo que los sonidos vocales sean relajadores y que surge sin esfuerzo de la mandíbula o garganta y vera que la energía se renueva y es muy aliviadora para el estrés.
¿Sabia Usted que Mozart canturreaba mientras componía? En una carta explica Mozart su método: “Cuando soy, como si dijéramos, totalmente yo mismo, cuando estoy completamente solo y de buen humor…..mis ideas fluyen mejor y en mas abundancia. De donde y como me vienen, no lo se, tampoco puedo forzarlas, retengo en la memoria esas ideas que me agradan y acostumbro, como me han dicho, canturrearlas para mi mismo.”
La música contiene las formas geométricas y cuando están en resonancia con los hilos invisibles compuestos por tenues vibraciones, llamados sonidos primordiales que mantienen unido el ADN se experimenta la fuerza mas potente de la naturaleza ……estar en resonancia con esta fuerza, la forma mas directa son los sonidos que integran pensamientos y sonidos en su forma mas pura y luminosa. La música el canto es nuestra propia experiencia, nuestros pensamientos y nuestra sabiduría. Si no se vive no se puede expresar.


Escrito por: Terapeuta Gisela Maria Hengl.
www.institutokuthumi.com